sábado, 21 de enero de 2017

Volver al pasado I


Volver al pasado
Parte I
Uno
 Cómo habría sido capaz de ayudarla, cómo no pude darme cuenta que me estaba usando. Tuve que haber sido más astuto que ella, por qué había decidido seguirle el juego. Al final no conseguí nada que me beneficiara, al contrario, esa aventura me fue muy perjudicante. Luego de eso perdí mi cordura, por eso es que escribo esto. Lo hago con el fin de darle mi despedida a este mundo tan injusto, que me forzó a hacer esto.
 Estoy muy decidido sobre lo que voy a hacer, no quiero que nadie se sienta culpable por lo que haré, reitero soy yo quien decide hacerlo. Pero antes de darle mi última despedida a este mundo quiero contarle sobre quien soy y que es lo que me ha llevado a hacer esto.
 En realidad, yo siempre he sido una persona bastante manipulable, ya que mi forma de ser me impedía decirle que no a cualquiera que me pidiera hacer favores, eso junto a que siempre fui muy crédulo.
 Bueno por donde comenzar, ese día tan monótono como los otros me desperté a la siete y media de la mañana, luego de levantarme me dirigí hacía el baño me duché, cepillé mis dientes y fui hasta la cocina a desayunar lo mismo de siempre un mate cocido con algunas tostadas, me cambié, sí, me cambio luego de desayunar para evitar manchar mi traje, y me fui en mi auto.
 Ya en el trabajo me llega la noticia de que mi secretaria había muerto, según me contaron se la halló en su casa desmembrada, y sus partes distribuidas por toda la casa; su brazo izquierdo en la cama, el derecho en la alacena, su cabeza en la mesa, su pierna izquierda en una funda de un instrumento, su pierna derecha en el lavarropas y el torso en su almacén. Lo que me sorprendió fue que nos dijeron que el/ la culpable fue muy preciso/a y meticuloso/a, ya que no habían dejado huellas digitales, ni rastro de sangre. Lo más raro en ese momento fue que la forense dijo que la ubicación de las partes del cuerpo y su distribución revelaban el nombre del asesino. La pregunta es ¿Quién habrá sido capaz de cometer tal delito?
 Más raro era que ella no había sido la única secretaria que había muerto, lo mismo sucedió con mis tres secretarias antecesoras. Por eso luego de tal desastre dudó que pueda encontrar a otra, de seguro todas deben estar espantadas. Aun así, publiqué un anuncio buscando a otra secretaria, y quede a la espera de alguna vacante, pasaron los días y nadie me contestó, hasta que un mensaje llegó a mi celular, lo abro
 “Estimado señor Jorge Muñoz, quería solicitarle que revise mi curriculum vitae y me contestase si soy merecedora del puesto de secretaria. Espero con ansias su respuesta”
 Luego de ver su C.V me di cuenta que era la ideal, se egresó de la primaria, secundaria y la facultad de psicología con honores, además tiene referencias bastantes buenas, aunque siendo sincero ella no es bonita, sé que me servirá como buena compañía en mi consultorio, el que tuve que comprar gracias a que me despidieron del hospital al que iba, y sé que seremos grandes amigos.
Dos
   Pasaron tres días desde que contraté a mi secretaria Camila, ella es una chica de cabello negro y ojos verdes como los de una esmeralda y además es muy tierna, linda y atenta. Esta noche me invitó a comer afuera, y al ser una invitación no tuve mejor cosa que asistir, de vez en cuando es bueno escapar de la monotonía del trabajo. Así que cuando salí del trabajo me dirigí a mi auto y me fui hasta mi casa, ya en ella luego de bañarme me cambié muy elegante y salí. Por suerte ese día era hermoso, ya que a la tarde no hacía ni frio ni calor estaba templado, en la noche un frio se alzó, por lo que tuve que llevar una campera. Ya en el auto, cambiado y perfumado ella me llamó, se notaba molesta. Sabía que ella era muy puntual y yo estaba saliendo media hora tarde, decidí apresurarme.
  En lo que acelero un pequeño detalle arruina mi noche, un imprudente motociclista se cruza en rojo. Por lo que yo no llegué a frenar, mi corazón se acelera y un impulso me vuela por los aires, dolorido y ensangrentado solo llegó a ver cómo es que un mar de personas me encierra, y escucho el sonido de la ambulancia acercándose, y en ese momento me pregunté, ¿Por qué decidí acelerar? ¿Por qué entre tantas personas esto debía sucederme a mí? Y ¿Qué me sucederá?
Tres
 Abro dolorido mis ojos, no podía creer lo que había sucedido, estaba internado, al parecer entré en un pequeño coma que hizo perderme tres días de trabajo, supongo que Camila se habrá enojado bastante conmigo, aunque digamos que mucho no me importa lo que ella opine de mí, ya que yo soy su jefe y ella mi secretaria.
 Dentro de esos tres días ocurrieron cosas muy interesantes según pude escuchar en la radio, es raro que nadie estuviera mientras yo estaba internado; cuando desperté dándome cuenta que nadie me había ido a visitar me deprimí, me encerré en un círculo que me enfermó poco a poco, pero me traumó el que nadie me hubiera visitado. Dentro de ese círculo pude deshacer todas las frustraciones, temores y sentimientos que oprimía que acarreaba hace años. En ese momento me transformé en una persona muy deprimente, a tal grado que no sería capaz de sentir la calidez humana, ni siquiera la del sol. Pasaron las horas encerrado en ese hospital hediondo en donde lo más alegre que había eran los cuentos de Edgar Alan Poe. Los días pasaban y no me daban el alta, en mi habitación no entraba ni un haz de luz y no sé si realmente me molestaba más los llantos de mi compañero de habitación o el que él no me dejará dormir con sus fuertes ronquidos.  
 Aun que, siendo compasivo, lo entiendo. A él también le paso algo parecido, al despertarse del coma nadie lo esperaba y pasó más días que yo en la soledad de este decrépito hospital, al salir, la emoción lo llevó a correr por medio de la calle causando un accidente vial, por suerte no murió. Luego cuando llegó a su casa muy contentó, una carta que decía que la vida debía seguir y que ella no tenía tiempo que perder. Al terminar de leer la extensa carta que comentaba que había sucedido mientras él estaba en el hospital y el por qué se iba lo llevó a sufrir un paro cardiaco. Debería ser más compasivo con él, pero es muy molesto que llore todo el tiempo.
Cuatro
A la mañana siguiente del tercer mes de mi internación me dieron el alta, cuando salí de esa sucia cárcel llamada hospital fui a la casa de Juan, el hombre que me acompañaba en el hospital, por más que cruzamos pocas palabras nos volvimos amigos, por eso sé todo lo que le sucedió. Ya teniendo la dirección de su casa fui a la misma, sí, apenas salí del alta tomé un taxi y me fui a su casa. Ya en la puerta de la misma toqué con tranquilidad, sabía que él me abriría así que lo esperé durante 20 minutos. Fui aumentando la intensidad y frecuencia con la que tocaba la puerta, alcé mi vista y solo pude ver un extraño “dibujo”.
 
 Era braile, no entendí al comienzo, puesto que no conocía ese lenguaje lo traduje por medio de internet, lo que decía era: “si estás leyendo esto la llave está bajo la planta”. Me sorprendí, qué habrá sucedido, miles de teoría se atravesaron en mi mente, probé la llave y por más fuerza que le ejercí no quería ceder, luego me di cuenta que la llave venía con un adorno medio extraño, probé con él, entró justo y me fue muy fácil de abrir, en ese momento reprimí mi preocupación y me reí de mí mismo. Al ser de noche me sorprendió que las luces de la casa estuvieran apagadas.
 Cuando las encendí, un aire sombrío acarició mi nuca, cuando apunté mi vista hacia la cocina vi una sombra. Esa sombra no era más que el cadáver de mi única compañía en ese horrible hospital. Las paredes con sangré fueron tan impactantes que el asco me hizo vomitar. Luego de ese shock vi una caja de madera antigua sobre la mesa, se me hacía muy conocida, sabía que en algún lado la había visto. Lo único que me impedía satisfacer mi curiosidad era un gran candado, en su momento no supe dónde podía estar la llave y luego me acordé era la de la puerta.
 En el momento en que abrí la caja pude observar dos ojos con sus nervios bien enredados entre ellos, junto a ello una carta del quien había sido mi amigo.
 Esa carta decía:
Para qué... Para qué seguir... Para qué seguir viviendo. En esta maldita oscuridad que me cubre, lo único que me quedaba era mi mujer y sin ella no soy nadie. ¿Qué voy a hacer ahora?, saber que no voy a poder verla dormir, no voy a poder disfrutar con ella todos esos atardeceres, no voy a poder oler su cabello ni poder hablar con ella y me entristece bastante, ese es el motivo por el cual me voy de este maldito mundo que es solo pura injusticia, todo lo que me quedaba era ella, sin ella que voy a hacer. Es por eso que voy a arrancarme los ojos. Absolutamente todo me hace acordar a ella por lo que me encantaría que, si alguien fuera capaz de hallar esta carta, solo le pediré que quemé la foto que se haya en la mesa de luz que queda al lado de mi cama.
Luego de secarme las lágrimas decidí cumplirle su último deseo, así que fui a su habitación y traté de abrir el gabinete, pero me pedía una clave. Sobre el escritorio decía “Muchos no ven lo que tienen en frente”, por lo que fui por los ojos de la caja, entre sus nervios había un papel con la clave. Al abrir el cajón una foto que al revés decía “Pronto partiré, por eso te dejo esta caja”, tal caja era la de la mesa. La misma que se hallaba al lado del difunto amigo cuando estaba internado. La foto era de él y su pareja, de fondo una cabaña con nieve, por lo que sé por qué no quería ver tal hermosura, luego de quemarla la enterré en el patio de la antigua casa.
Cinco
  Al pasar ese día tan raro que me hizo sentir demasiadas emociones decidí irme a casa en mi auto, me subo a mi auto, me pongo el cinturón y coloco la llave en el auto y arranco para irme. Como se había hecho de noche me vi forzado a hospedarme en un hotel cercano de allí, así que ingreso y le pido al muchacho del hotel que me diera la llave de una habitación, en lo que entro a la habitación escuché gritos, parecía una mujer llorando por lo que me asusté, al mismo tiempo mi curiosidad fue mi tentación, fue la que me llevó a salir a investigar lo que estaba sucediendo, alzo mi llave un abrigo y salgo. El sonido del llanto parecía moverse, y muy rápido por lo que casi estaba corriendo por todo el hotel. Solo buscaba saber qué es lo que le sucedía. Pues me sería muy raro verme corriendo por el hotel, ya que cuando corro me veo muy raro, si mal no recuerdo pasé por todos los pasillos de todos los pisos de hotel, luego recuerdo haber bajado hasta el estacionamiento, por el spa y el gimnasio. Por suerte que no caí en la pileta. Mi curiosidad por saber que le pasaba me llevó a inconscientemente pasearme por aquel lugar. En un momento entró y acabamos frente a la habitación donde se hospedaba, habitación que quedaba al lado de la mía. Miré mi reloj, a todo eso ya eran las 5 de la mañana, no sabía cómo había pasado tan rápido el tiempo que ni si quiera tuve tiempo para despertarme, mis ojos se cerraban involuntariamente, era incapaz de pasar un minuto a pie.
Hasta que en un momento un ruido de pistola me aturdió, vi caer a la chica misteriosa al suelo. Luego un objeto me golpeó y me dejo casi inconsciente, en lo que me estaba por desmayar vi a un sujeto de aspecto desagradable correr hacia la salida del hotel. No tardó mucho tiempo para que la policía llegará. Eso fue lo último que vi, luego entré en un grave y profundo sueño.
 Seis
Al abrir los ojos solo pude ver barrotes que me distanciaban de mi destino, no entendía cuál era el motivo por el cual estuviera encerrado. Un carcelero pasó celda por celda golpeando con un bastón y gritando por lo cual me asusté y caí de la cucheta en la que estaba acostado, vi a mi compañero de celda, el cual parecía muy intimidante, para mí ,un debilucho, sería alguien fácil de derribar.
 El guardia nos abrió la celda y ambos salimos hasta el patio, lugar aislado de la sociedad en donde gente como yo no debería estar. No sabía qué hacer, ni siquiera sabía por qué estaba allí. Hasta que luego del recreo un guardia me intersectó. Él me explicó que yo me hallaba allí por ser el asesino de Carolina, la mujer a la que había seguido perdidamente en aquel hotel. Él me dijo que se encontraron mis huellas dactilares en el arma homicida.
 Luego del juicio tuve que demostrar que yo no era el culpable, pero no tenía pruebas, ya que me había sumido en un extraño sueño que me hizo deambular por el hotel y sus alrededores, por lo cual el juez falló en mi contra, y dándome tres años de cárcel.
 Así que allí perdí tres años de mi vida entre ladrillos y barrotes. Perdiendo días, sin saber que había sido de mi hijo y mi mujer. Los cuales no me habían visitado ni llamado mientras estaba internado, ¿me preguntó que les habrá pasado?
Siete
 No tenía distracción alguna en la cárcel, no hablaba con mi compañero por el temor que le tenía a que me matara, trataba de no molestar a nadie. Pero aun así los más fuertes me veían como alguien vulnerable por lo que me maltrataban en los recreos, recuerdo ver a los guardias reírse a lo lejos. No sé qué voy a hacer.
 Ya sé que es lo que voy a hacer, no tengo mejor cosa que hacer, me suicidaré. No, no, que estoy diciendo que he dicho, en que me estoy convirtiendo. Debo de salir de aquí. Debo ver a mi mujer e hijo. Los echo de menos. Hoy escaparé.
 Ocho
 Ese día ya estaba todo dado para huir, pero quién diría que alguien hubiera escuchado mis planes. Ya había juntado las suficientes agallas para poder huir, ya preparado aproveché la oportunidad en la que un guardia entró en mi celda a la noche (no pregunten por qué, ya que ni siquiera yo sabía eso) y con mucho sigilo lo dormí. Le quité las llaves y lo dejé ir. Cuando se despertó no se molestó ya que le conté que se había caído y se golpeó fuerte la cabeza. Y por mi buena reputación me creyó. El guardia al ser nuevo se olvidó que quedó a su cargo las llaves.
 A la noche me escabullí de mi celda con las llaves, momento tenso en el cual mientras bajaba de la cucheta una gota de sudor le cayó a mi compañero de celda, por suerte solo se dio vuelta y siguió durmiendo, con la celda ya abierta salí, miré a mi izquierda nada, pero al mirar a mi derecha un guardia se aproximaba corriendo desde 30 metros. Ingresé de vuelta a mi celda y la cerré, subí a mi cama y fingí estar durmiendo.
 Cuando el guardia pasó por mi celda la abrió y me apuntó con la linterna, me sacudió y fingí que recién estaba despierto, me preguntó qué hacía afuera de mi celda y le dije que era imposible ya que esta estaba cerrada, y además estaba dormido. Cuando despertó a mi compañero, este le partió la cara dejándolo desmayado a casi morir, luego siguió durmiendo.
 Aproveché y le saqué el uniforme, me cambié y volví a salir. Encendí la linterna y disimulé que era el guardia de la cárcel. Las cámaras solo pudieron captar el uniforme. Llegué a la central eléctrica de la cárcel y corté la luz. Así las otras cámaras no captarían mi rostro. Ya en la puerta que daba a la calle la luz volvió. A mi alrededor estaba rodeado de guardias.
                                      Nueve
 La carta de Juan, el hombre que más habrán golpeado en la cárcel:
Ya ha pasado dos años desde que me han encerrado. Y tres meses desde que cometí mi intento de escape, luego de eso mi vida fue un infierno, cada vez que algún guardia me veía me golpeaba, en los recreos entre todos me llevaban a un lugar al que no nos vieran y me pateaban hasta dejarme sangrando. Luego del intento de escape, gopearon a todos en la cárcel, por lo que solo no los guardias me querían golpear sino también los mismos presos.
Por eso es que me voy. ¿escapar? No, ya no, nunca más, luego de lo sucedido prefiero que me den cinco años más que me golpeen como si fuera una bolsa de boxeo. Solo vasta ese motivo para no querer vivir más. Sé que el suicidio es una forma de morir muy vaga. Pero sí, me rindo, no quiero seguir así. Por eso es que en esta carta me despido de todos aquellos que me llevaron a esto, lamento por mi mujer y por mi hijo, por quien daría mi vida, ja, pensar que ahora estoy por perderla sin defenderme. Si tan solo saliera de la cárcel.
 Luego de eso até una soga en la lámpara del techo, soga que le robé a un preso, me la puse en el cuello como corbata y salté al vacío, esperando encontrarme con la respuesta que tanto teme el hombre, ¿Qué hay después de la vida? Irónicamente luego no podré volver para responder eso. Al saltar, puedo ver como el limitado oxígeno llega a su fin. Cuando de repente la celda se abre...
Diez
 La sombra de una mujer aparece como un ángel al rescate, evitando mi muerte, ella me sostuvo y cortó la soga, luego de eso pagó mi fianza, no sabía que Camila llegara a ser tan buena con alguien a quien relativamente conocía muy poco. Le agradecí haberme sacado de aquel lugar que solo me apresaba y me hacía perder la cordura. Con suerte me llevó en su auto. Le agradecí una y otra vez hasta que me bajé en la puerta de mi casa. La alegría había invadido mi espíritu. Mis ganas de ver a mi familia me llevaron a correr por toda la casa. Al llegar al patio, sobre el tronco del gran roble había una nota, la cual en manera breve narraba como es que mi mujer e hijo decidieron no esperar más. Que si no había vuelto antes solo podía ser porque tenía una amante y que ella se rehusaba a convivir con aquel quien la traicionaba.
 Mis sentimientos cambiaron drásticamente y de golpe, la tristeza me llevó a hacer cosas las cuales jamás haría. Luego de un mes (lo que me llevó afrontar esa situación) pude salir de mi casa sobrio para volver a trabajar, en mi billetera no quedaba ni una moneda. Tomé mi coche llegué a la oficina. Antes de llegar a mi despacho mi secretaria me llamó, pensé: cierto su paga cómo puede ser posible que me haya olvidado, ese maldito alcohol se llevó hasta la última moneda. Encima se daría cuenta de los cortes de una navaja que apropósito mi hice en el brazo. Como lo especulaba ella se dio cuenta de mis heridas. Sabía que yo estaba muy mal por lo cual, decidió, luego de un semestre ella eligió mudarse conmigo. Vi que su presencia evitaba que yo me auto-flagele.
Once
 Quién diría que al final me enamoraría de la mujer menos pensada, una secretaria que solo vería en el trabajo. Es que ella realmente es una chica muy carismática, tierna y bondadosa. Recuerdo que al comienzo ella se sonrojaba cada vez que la miraba, también que no iba a enamorarme de ella, pero el destino tenía otros planes para mí. Sé que es muy repentino, pero realmente me ama y yo la amo, por eso por más que no hayan pasado más de 3 años quiero hacerla mi esposa. Ya está decidido, hoy se lo voy a proponer, debo comenzar a buscar salón, mozos, cura y todo eso. Por suerte gracias a mi trabajo de abogado podía tener la posibilidad de hacer algo grande….
Doce
 Hoy, hoy es el gran día, todo está organizado para que me dé el sí, solo espero que lo disfrute lo más que pueda. Si tan solo tuviera una foto del día en el que se lo propuse. Estaba tan alegre que lloró, cuando se lo propuse toda la familia se alegró tanto que colaboraron con la organización de la boda.
 Tan solo faltan diez minutos para que mi futura esposa se case conmigo. Estoy muy nervioso y no que voy a hacer. Aun no llega y no sé por qué no me atiende el teléfono, se supone que ella debe estar cambiándose, pero no puedo creer que se demore tanto. Inhalo y exhalo reiteradas veces, pero no sé por qué aun no llega, camino de un extremo del salón al otro, las ansias a que llegara me consumen.
 Nueve, ocho, siete, seis, cinco minutos y no, no aparece, es muy tarde para ir a buscarla, qué puedo hacer sino. Cuatro, tres y todos los invitados sentados esperan a que la misa comience, yo que casi no me quedaban uñas que morder, no sabía qué hacer. Dos minutos antes de comenzar la misa se escucha un auto llegar a la iglesia, un minuto la veo llegar con un muy elegante vestido blanco, aunque alegre ya que ella había llegado, algo captó mi atención.
 En su blanco vestido había una pequeña mancha de color rojo, por lo que le pregunté que era, a lo que ella me respondió que solo era un accidente a la hora de cocinar para la noche una torta, que eso solo era tintura de pasteles. Relajado festejamos la boda, y luego de celebrar nos fuimos a dormir. 
Trece
 Luego del casamiento el comportamiento de Camila cambió drásticamente, pasó de ser una persona adorable, bondadosa y alegre a ser una persona indiferente, insensible y antipática. Tanto era el cariño que yo tenía que una de sus facetas fue su lado violento, al llegar a casa me hacía hacer todos los quehaceres domésticos y si no los hacía me daba puñetazos y me jalaba del cabello, pero el enfermizo amor que yo sentía por ella me llevaba a no darle interés a las cosas que me hacía.
 Una vez me di cuenta que lo que me hacía estaba mal, así que un día al llegar a casa cansado le grité que no podía más con la situación a lo que ella me empujó hacia el sótano y me encerró tres días. Allí fue que vida se transformó un infierno, ya luego de sacarme de allí me dijo que jamás me libraría de ella, y así fue. Ya que me tenía encerrado dentro de casa. Las puertas de salida al patio y de la casa estaban cerradas con llaves y me tenía vigilado con cámaras en todos lados. Cada vez que le desobedecía ella me encerraba cada vez más tiempo. Cuando tenía que ir a comprar, también me encerraba.
Catorce
 Enojado de que ella me hiciera eso, comencé a planear como matarla, sabía que era una locura. Pero lo que me hizo estallar fue que un día ella trajo un hombre a casa y me dijo que era su nuevo esposo, y cada vez que él venía a acostarse con la desgracia de mi esposa, ella me encerraba. Por lo cual ya sabía cómo hacer para matarla. Estuve mucho tiempo planeando un mecanismo para hacer que la electricidad se cortará, me llevó mucho tiempo conseguir los materiales y armarlo en el sótano que se había vuelto mi primer hogar. Una noche activé el mecanismo, y cuando ya no había electricidad en la casa fui silenciosamente hasta la cocina por un cuchillo filoso. Cuando estaba por entrar al cuarto clavé el cuchillo en el cuerpo, a lo que sentí que lo que apuñalé era solo su nuevo esposo, su sangré, que por más que no podía, sentía su sangre. Luego la luz volvió, sentía como mi corazón se salía. Ella me empujó al sótano junto a una soga y una silla. Escuché que tomo su auto y se fue de la casa para siempre.
Por eso es que digo lo que dije, “como me gustaría volver al pasado y remendar este error”  , esa maldita traidora como habrá sabido mi plan, todo lo que pasé y ahora esto. No, no puedo más, por eso que decido irme. Tan solo quería decirle a todos lo que lean esto que me recuerden como un buen sujeto.

lunes, 9 de enero de 2017

MUCHAS GRACIAS II

Hola a todos quería notificarle a todos tres cosas, primero gracias por haber llegado a las 4000 visitas; segundo en estas vacaciones volveré para traerle el resumen de Momo  de Michael Ende y Frankenstein de Mary Shelley; y por último quiero que comenten que libro quieren que resuma

sábado, 24 de septiembre de 2016

MUCHAS GRACIAS

Gracias a todos mis lectores, ya hemos llegado a más de 50 visitas en el blog, no se olviden de comentar el libro que quieran que resuma. Además voy a publicar el segundo cuento de producción propia, para lo cual voy a necesitar su apoyo y que si quieren me comenten nombres para aparecer en mi cuento.

Yo por ti... parte II

Parte II
Trece
   Hace días que mi mujer enfermó y no se cura, no sé qué hacer con ella, hemos ido a los más afamados doctores y aun así no se sabe que es lo que tiene. Hoy pedí un turno con una curandera, para ver si es que ella nos podría ayudar con este serio problema, también le notifique al hospital que ese día no iría a trabajar. Reuní valor me duché, me cambié y comencé a caminar (Tuve que ir a pie solo porque ninguno de los dos tenía un coche, moto o bicicleta) hasta la puerta de la curandera Morgana. Cuando me paré al frente a la puerta, toqué con fuerza, sabía que mi mujer se podría morir si es que yo no me apresuraba a buscar su cura. Una mujer alta de ojos negros penetrantes me miró con mala cara, sabía que yo era quien le interrumpía en su casa. Me hizo pasar, ella sabía a lo que venía me dijo- Hola Valentín, ¿Cómo está tu esposa?-
-          ¿Cómo sabes cómo me llamo?, ella ésta muy grave, hace días que no puede ir a trabajar. Por eso vengo hoy aquí, quisiera saber si sabe ¿que tiene y como puedo ayudarla?
-          Yo puedo hablar con el más allá, sé que tú tienes un hermano en la cárcel, sé que tu madre se suicidio al saber que tu padre la traicionó con tu sirvienta, sé que te casaste con la mujer que se quedó parapléjica y se traslada con una silla de rueda
-          ¡Wow!, me sorprendí.
-          Por favor dime dónde es que le duele
-          Le duele cerca del corazón, realmente nadie sabe lo que puede ser, hemos ido a muchos lados, pero nadie sabe que es
-          Ya sé, es un malestar que solo se pasa con un té de una planta que sale absolutamente cara, solo crece en la cima del Everest en sus cuevas más altas.
-          No creo que pueda pagarle, mi mujer me necesita, ésta muy enferma. ¿Qué puedo hacer para pagarle?
-          Sabes que en la vida uno consigue muchos amigos y enemigos, más enemigos que amigo, algunos son muy molestos y cargosos, algunas veces me gustarían que desaparecieran- dijo mientras me guiñaba un ojo.
-          O.K, dígame a quien le gustaría que desapareciera- le dije. Yo ya había entendido lo que quería que hiciese.  
-          Candelaria Berti, ella fue una compañera que siempre se burlaba de mí por tener una amiga con labio leporino, ella nos trataba de lesbianas.
-          Si tengo que matar alguien por amor lo haré, pero por favor dame esa planta.
-          Solo te voy a dar la planta cuando me traigas o su cabeza o su cuerpo sin vida
-          Pero la necesito ya, mi mujer ésta enferma.
   Al terminar de decir esto, me di cuenta que ya se había vuelto de noche, no llegaría a casa y si volvía no sería con vida. Solo llevé lo suficiente para pagar los 150 pesos de la consulta, sin decir que debía de “desaparecer” a una mujer. También debía de pedir asilo a la curandera.



Catorce
   Es el primer día que desperté en la casa de Morgana, le conté sobre mi situación, sobre que no podía volver sin la cura al malestar de Valentina, mi esposa, esta lo comprendió y fue muy empática conmigo y me dijo:- no te preocupes, pues yo te daré asilo sin tener que cobrártelo, siempre y cuando te comprometas a asesinar a quien te dije que debías matar. Hasta que no consigas la cabeza de Candelaria Berti no te dejare ir.
   Ese día la curandera, me dio el domicilio de Candelaria y me dijo que viera de hacerme el amigo de ella. La casa de Candelaria no quedaba tan lejos que podía pensar, casi eran vecinas, solo cuatro cuadras las separaban a quienes se odiaban con toda el alma. Morgana me invitó a desayunar, me contó sobre cómo es que había conocido a su amiga con paladar englido, y como es que Candelaria las maltrataba a ambas, sobre sus defectos y su relación. Se hizo de tarde cuando tomé valor para encaminarme a la casa de Candelaria. Cuando llegue toque la puerta y me le presenté tratando de convencerla que estaba descompuesto y le pedí un vaso de agua, la mujer que me abrió la puerta era un poco más joven que Morgana, a mi gusto ella era muy bonita de tono oscuro, parecía tan carismática, me invitó a entrar, me dio un vaso de agua y me pregunto cosas como mi nombre y mi domicilio. Le conté que estaba ayudando a una amiga con un problemita.
   Luego me invitó a almorzar con ella, parecía que se había enamorada de mí, pero le dije que no que hoy estaba ocupado, que quizás otro día, la pasaría a visitar y si podíamos, hacer algo juntos. Ella me comentó sus datos personales y me dio su número, lo agendé ya que sabía que debía de verla de nuevo.
   Cuando estaba volviendo, me puse a pensar sobre la mujer a la que iba a matar, no era merecedora de morir, lo mismo ya era muy tarde. Valentina se estaba muriendo y yo aquí.
   Ese día a la tarde le pedí a Morgana que me diera Cianuro para matar a aquella mujer. Por un momento ella desapareció y luego apareció con un tarrito de cianuro junto a un hacha pequeña y un bidón de nafta y fósforos, solo me guiñó un ojo, me acordé que debía de degollarla. Yo ya estaba preparada psicológicamente para hacer lo que me veía forzado a hacer.
   Esperé a que el día quedara totalmente en la sombra de la oscuridad nocturna, le agradecí a Morgana porque me estaba auxiliando dándome asilo, le prometí que mañana si o si le traería la cabeza de Candelaria.
   Cenamos, le agradecí la comida, me duché, me cambié (poniéndome la ropa que llevaba cuando salí de casa con el fin de encontrar la solución al problema de mi esposa) y me fui a dormir, lo único que incomodaba a mi estadía en lo de Morgana era que al ser una casa tan desolada y haber poco espacio solo daba lugar a una sola cama matrimonial. Por lo menos prefiero esto antes de estar durmiendo bajo el cielo estrellado, muriéndome de frio y llorando por dentro al pensar en Valentina sin poder hacer nada, encerrada entre esas cuatro paredes. ¿Qué será de ella? Me pregunté.


Quince
   Me levanté sin animo, sabía que a partir de hoy no sería una persona de bien, que debía de sacrificar a una mujer y que a la vez matar a mi cordura, mi reputación y ensuciar con sangre que no fuera de una persona del hospital, eso me jugaba en ventaja, mi experiencia con la sangre de los quirófanos, me volvería más resistente al ver a alguien sangrar.
   Me encaminé hasta la mesa y ya al frente de esta extendí mi mano y tomé todas cosas, el cianuro y un hacha pequeña, el bidón de nafta y los fósforos y las coloqué en una mochila que Morgana me prestó para llevar todo. Ya preparado abrí la puerta y salí en búsqueda de aquella chica que no merecía el mal. Al caminar por las cuatro calles en búsqueda de Candelaria, tomé un poco de sol ese día sí que hacía  mucho calor, decir que sudé solo al comenzar la segunda cuadra, mientras caminaba pensaba en Valentina, ¿si es que no estuviera enferma y se quisiera deshacer de mí?, luego me imaginé a Fabián, un amigo de Valentina, besándose con ella mientras yo acá como un idiota que está por asesinar a alguien por algo que no se sabe si es o no que funcione.
   Ya en lo de mi futura víctima,  toqué la puerta con timidez, a lo que Candelaria me abrió  e ingresé en la casa sin pedir permiso, ella se sorprendió de que yo volviera. Me saludó y de forma cómica dijo
-          Pasa, te invito a que pases
-          Oh, disculpa mi interrupción, dije enrojecido, sabía que había hecho mal al ingresar sin pedir permiso
-          Relájate, puedes sentirte como en tu casa, ¿Dime qué te trae por aquí?, dijo al verme sonrojado.
-          Gracias, solo vine porque me prometiste un trago.
-          No recuerdo haberlo dicho, pero igual te lo invito. Sacó dos vasos y en ellos sirvió una medida de tequila en cada vaso
-          ¿Podrías por favor traer papel de cocina para mi nariz?
-          Sí, como no
   Aproveché la situación, saqué el cianuro que tenía en un frasquito de vidrio que tenía en la mochila de Morgana, vertí todo su contenido en el vaso, y este al ser incoloro y sin sabor pasaba muy disimulado. Ya tenía el vaso de tequila con cianuro mezclado y en mi mano el de tequila que no tenía nada malo cuando Candelaria llegó con el papel de cocina en mano. Me soné la nariz, porque en serio tenía mocos y luego le dije que brindáramos por nuestro  encuentro, alzamos nuestros vasos de tragos e hicimos ambos un fondo blanco, en cuestión de minutos ella cayó al suelo y comenzó a convulsionar, ya que estaba paralizada por el veneno saqué mi hacha pequeña y comencé a hachar el cuerpo de la inocente, la mayoría de los hachazos iban dirigidos al cuello, mientras la hachaba lloraba, sabía lo que estaba haciendo y aun así no paré. Terminé por arrancar la cabeza con ambas manos, la sangre chorreaba como la que se vuelca al clavar un puñal a un cerdo en el matadero. Ya con la cabeza de Candelaria busqué en toda la casa un lugar apropiado para llevármela. Encontré una grande valija en la cual la cabeza de Candelaria cabía perfectamente, usé el bidón de nafta rociando la casa, el cuerpo de la difunta lo deje en su cama cubierta por sus sábanas blancas, abrí una ventana, me cambié de ropa y la que tenía sangre la deje adentro junto a la mochila que me prestó Morgana. Y desde afuera de la casa encendí una cerilla, la arrojé y me fui con la valija de Candelaria con su cabeza dentro. Cuando salí de la casa de Candelaria traté de ocultar lo que sentía internamente, la culpa me estaba matando.
   Ese día al volver, Morgana me dio las plantas medicinales junto a un gran abrazo, se despidió y me fui.
Dieciséis
   Cuando volví caminando iba reflexionado sobre todo lo que tuve que hacer, pensaba en lo preocupada que debía estar mi esposa al saber que yo me había desaparecido dos días enteros, y sin saber nada de mi lo mal que habrá estado. Llegue de vuelta a mi hermosa casa, abrí la puerta pensando que del otro lado estaría mi mujer esperándome, anhelando mi retorno. Pero no fue así, al abrir la puerta lo único que se hallaba era una carta arriba de la mesa, la mayoría de los muebles no estaban, me preocupé por lo que pudo haber pasado. Me arrimé a la mesa y tomé la carta que decía
   No sabes por todo lo que he pasado, mi enfermedad ha ido empeorando con el tiempo el primer día en el que te fuiste me dieron muchas punzadas en el corazón, me sentía que me estaba muriendo, he tratado de ir a trabajar, pero las puntadas ya eran muy seguidas, al volver del trabajo, miré tele y espere a que llegaras, te esperaba con muchas ansias. Necesito una compañía en esta casa, cuando fui al supermercado conocí a un muchacho carismático que me brindó ayuda y se ofreció a llevar mis mercaderías hasta nuestra casa, cuando él ya estaba aquí, cerró la puerta y sacó una pistola en lo que yo vuelvo a la cocina el comenzó a tomar todos nuestros muebles de la nada ya no era uno sino tres quienes lo ayudaban a llevarse todo. El segundo día en el que no viniste, yo salí a pasear, a tomar un respiro de lo que había sucedido. Cuando estaba en la calle un hombre me disparó muy cerca del corazón por intentar robarme mi silla de ruedas.
   Tal impacto, me hizo tener que volver como antes a hacer reposo para ver si en mi corazón nada andaba mal, por eso si éstas leyendo esta carta quiero que sepas, que puedes encontrarme en el hospital donde nos conocimos. Y en caso que muera quiero que sepas que siempre te he amado.
   Al terminar de leer esto decidido, tomé mis cosas y me dirigí al hospital.
Diecisiete
   Ya en el hospital busqué a mi esposa que debía estar en reposo, solo deseaba que ella no muriera. Cuando encontré donde estaba e ingresé, la vi destrozada con el rostro lastimado. Cuando ella me vio soltó un par de lágrimas de alegría y me dijo
-          Que suerte que hoy te encuentres aquí, los doctores me dijeron que solo me quedaba un día para que mi corazón se detenga, el impacto de la bala me ha dejado medio muerta y cuando acabé el día moriré.
-          No digas eso, te he traído un té que te curará tu enfermedad. Bébelo, le ordene mientras de mis mejillas rodaban lágrimas.
-          Por más que me cure de esa maldita enfermedad, me moriré a falta de un corazón en buen estado, hasta ahora ningún doctor consiguió un donante de corazón.
-          Yo te daré mi corazón si es necesario, por ti me mataría, le dije.
   Fui con su médico y le conté que quería donar mi corazón, que yo perdiera mi vida para darle más años a mi amada, era todo lo que quería. Entonces me acerqué a Valentina y le di un beso eterno y me despedí para siempre.
Fin
Valentín Tarquinio






     

viernes, 23 de septiembre de 2016

Yo por ti... parte I

Este es un libro que escribí para el colegio, me gustaría que comentaran lo que opinan
Parte I
Uno
   Me levante afligida e insegura de mi cama, sabía que yo no podría más con esto, hasta qué punto llegaría. Ignorando mis sentimientos me cambié, fui a la cocina, desayuné y me fui en mi auto al trabajo. Yo trabajo en un hospital, soy médica. Por suerte a donde voy me queda relativamente cerca, sí coincidiéramos cerca, a diez cuadras. Yo me incluyo en ese grupo de personas que por más cerca estén de su trabajo, aun así van en auto. En el trabajo puedo relajarme y salir de la burbuja que construyo en casa, el trabajar despeja mi mente.
   Cae la noche, termino mi turno, marco tarjeta y me retiro. Llego a casa, abro la puerta, me cambio y me entro a bañar, el chorro de la ducha golpea mi espalda, la lluvia empapa mi cara de tristeza, al cerrar mis ojos sólo recuerdo ese feo hecho. En el baño malos recuerdos abundan mi mente, dentro de los más trágicos, la muerte de mi marido.
   Mi marido se llamaba Mauro, sólo tenía tres años más que yo, pero en el amor la edad no importa ¿o sí?, él de ojos marrones y cabellos rubios rizados tan buena persona. Recuerdo cuando lo conocí, era invierno, hacía mucho frio ese día, recuerdo que tenía que hacer muchos quehaceres, luego de las interminables listas de tareas que me daba mi madre decidí ir al parque de la ciudad para tomar un respiro.
   Me senté cerca del lago cuando de repente una extraña nube negra apareció. No me dio tiempo suficiente para llegar a casa. La lluvia era uno de los tantos problemas que tuve en su momento, al percibir que estaba lloviendo traté de hacer lo posible para evitar por mojarme, pero no resultó, mi abrigo se había empapado de agua y me sentía muy pesada, casi no podía caminar. Vi a lo lejos una casa con toldo donde refugiarme de la lluvia. Allí un hombre se acercó a mí y con timidez se presentó
-          Hola.
-          Hola.
-          ¿Cómo te llamas?
-          Yo me llamo Valentina, ¿vos?
-          Me llamo Mauro, estas muy mojada, pasa un minuto para secarte y calentarte.
-          Disculpa pero yo te acabo de conocer. Igual muchas gracias.
-          No pases frio, por lo menos espera a que te consiga un abrigo.
   Y en un parpadeo él llego sonriéndome y con un bello abrigo de piel en brazos, yo obviamente lo tomé, no tenía planeado pasar más frio, me lo puse y le agradecí con una sonrisa cómplice. Acabó lluvia, le agradecí su hospitalidad y me fui.


Dos
   Luego de un tiempo volví a cruzármelo en la plaza de cuidad, cuando Mauro me vio se me acercó y me invitó a almorzar con él afuera, vi en sus ojos una chispa, en su momento me di cuenta que él se había enamorado de mí. Ese día almorcé con una persona a la que digamos que no conocía, al llegar al restaurante nos sentamos uno al frente de otro, y una divertida charla se dio. En un momento él me preguntó si yo tenía novio, a lo que le conteste que no. Esto generó en él una mueca de alegría, de seguro que pensaba que tenía oportunidad de salir conmigo. Luego él me preguntó ¿qué tipo de chicos me gustaba?, a lo que yo le conteste que rubios y de ojos oscuros. Él comenzó a enrojecerse.
   Citas como esas se fueron dando durante un mes, hasta que un día él me citó en su casa, para ese momento ya le tenía más confianza en él. Cuando fui, él me esperaba con una merienda americana, merendamos y en un momento nuestras miradas se cruzaron y nos besamos y él me confesó que se había enamorado de mí el día que llovía exageradamente. Yo le dije que también me gustaba, luego él me preguntó si quería ser su novia a lo que le dije que sí.
Tres
   Luego de dos años, éramos muy cercanos, él también trabajaba como médico en otro hospital. Le pidió que lo transfirieran al hospital donde yo trabaja, por ello ambos nos íbamos y volvíamos en mi auto al trabajo. Un día me llevó hasta un hotel donde me sorprendió con su propuesta de matrimonio, me alegre tanto que lloré de la emoción, todos nuestros familiares y amigos estaban en el hotel. Luego del sí celebramos yendo a las tinajas, un restaurante de diente libre, por fin tendría a alguien que me hiciera compañía en mis momentos de depresión y mi casa ya no estaría más sola.
   Un día me puse a pensar sobre qué sería de mi futuro, quién me haría compañía si mi marido se muriera. Yo siempre quise tener nieto. Entonces un día le pregunté a Mauro si le gustaría tener un hijo, a lo que contestó- Yo por ti daría mis días y noches, te daría las veinticuatro horas de los siete días de la semana de los trecientos sesenta cinco días del año.
   Probamos y probamos, pero nada sucedía. Hasta que un día decidimos ir con un especialista. En la clínica esperamos con ilusión de que sólo dijera que no había ovulado, pero el problema no era mío. Mauro no podría nunca concederme un hijo, él era infértil. Una tristeza pasajera surgió en mi vida.
   Entre Mauro y yo decidimos hacer una inseminación artificial, por más que fuera caro todo valía la pena por tener un hijo.
   Los segundos, minutos, horas, días, semanas, años pasaban y yo estaba engendrando un bebe. Con el apoyo de mi marido pude seguir adelante y no dejar que nada me hiciera decaer. Cuando por fin tuvimos un hijo, le pusimos Fabricio.


Cuatro
   Cuando Fabricio cumplió los 8 años festejamos su cumpleaños en un salón de fiestas infantil, en el momento menos idóneo mi hijo salió corriendo hacia la calle principal seguido de Mauro quien lo perseguía, pero ya era tarde un auto se le abalanzó, al ver esto mi esposo se arrojó a la calle y logró empujar a mi hijo fuera de esta, pero esto le costó la vida.
   Luego de ese rato en el cual estuve bajo la ducha, rompí la burbuja en la que estaba y salí del baño, me sequé y me cambié. Otro día sin dejar salir tantas emociones que tenía reprimida. ¿Cuánto tiempo podía mantener mis sentimientos cerrados? Otro día de rutina, al salir del ardo trabajo de hoy me eché a en la cama. Fabricio vino a mí para hablarme de su día, últimamente he visto Fabricio muy raro, un día le vi el rostro con un moretón impresionante, le pregunté si alguien lo molestaba, qué le sucedía. A lo que él me contesto que no era nada que solo se había caído porque se cayó al correr en el colegio.
   Lamentablemente en la primaria de Fabricio pasó por tres escuelas distintas, siempre la misma historia. Le di dos años para acostumbrarse al colegio. En su última escuela, Fabricio conoció a un compañero del cual se hizo gran amigo, el amigo de Fabricio se llamaba Joaquín. Estos eran muy cercanos, Joaquín muchas veces lo defendía, obviamente yo no me enteré de que mi hijo era duramente golpeado en el colegio.
Cinco
   Un día descubrí el por qué Fabricio era golpeado gracias a Joaquín. Joaquín golpea la puerta a lo que yo lo atiendo, lo dejo pasar y  le invito a merendar. Se sienta en la silla de la mesa y yo me senté al frente de él.
   A lo que él comienza a hablar
-          ¿Está Fabricio en casa?
-          Sí, pero ésta durmiendo
-          Mejor, espero a que no se levanté porque tengo algo muy importante para decirte
-          O.K te escuchó
   Él mientras se servía mate cocido, me miro a los ojos y me dijo
- He visto a Fabricio muy “cariñoso” conmigo, los otros días me invitó por un helado, y en la misma heladería me confesó lo que sentía por mí, me dijo que desde que me conoció, capté toda su atención. Eso me dio a entender porque es que se desconcentraba en clases y siempre pedía estar en grupos conmigo, en su comenzó antes de enterarme de lo que ya te dije pensé que solo era una extraña forma de mostrar su amistad. También al saber esto supe la razón por la que Fabricio era golpeado por mis compañeros, supongo que era muy evidente. Y las personas de nuestro colegio son pocos tolerantes, sabía el caso de un compañero que se cambió de colegio porque se le burlaban por tener pelo largo.
   Cuando él acabó de hablar, escuché de la escalera una persona bajar era Fabricio, se alegró al ver a Joaquín en casa, se sentó en la mesa y yo le dije siéntate, a merendar. Él se acercó a Joaquín, lo saludo y se sentó a la mesa y se sirvió la merienda.
   Luego le dije
- Hijo ya sé todo lo que ha sucedido. ¿Podrías sacarte la remera?
- ¿para qué quieres que lo haga, ésta Joaquín, no puedo hacerlo?   
-Sácate esa remera, quiero ver algo.
   Cuando Fabricio se sacó la remera y pude verle muchos moretones que se repartían entre sus brazos, piernas y torso. Le pregunté que quien había sido lo había golpeado, a lo que él se excusó diciendo que se chocaba contra las paredes. Al terminar de decir esto, Joaquín intervino en la conversación negando lo que había dicho Fabricio, diciendo- dile la verdad, dile que quien te golpea es Jorge.
   Jorge era un compañero de sexto año de la escuela de mi hijo, este ya había sido expulsado por la misma causa, no sabía que Jorge le pegará a mi hijo.
-Hijo voy a tener que tomar carta en el asunto.
   Joaquín terminó de merendar, me agradeció la invitación, nos saludó y se fue.
Seis
   El día siguiente, fui a la escuela de Fabricio, pude ir ya que pedí franco ese día, nada era más importante que mi hijo. Al llegar al colegio toque el timbre y me atendió la portera, la que me preguntó el motivo por el cual me presentaba ese día. Luego ella me dirigió con la directora.
   La directora me invitó a entrar, la saludo, y me siento. Y doy pie a la charla
-Buen día directora, quería hablar respecto a mí hijo
- ¿Respecto a qué? ¿Respecto a que está perdiendo el año?
-¡Qué!, me sorprendí. ¿Por qué?, ¿Cómo puedo hacer para no se quede de año?
-Su profesora de grado, me ha contado que él se distrae mucho en sus clases, porque se la pasa hablando con su amigo.
-No, vengo a hablar de Jorge
-¿Qué Jorge, el de tercer año o el de sexto?
-El de sexto, él golpea a mi hijo solo por su orientación sexual. ¿Quería saber quiénes son sus padres?
-Le explicaré, Jorge es huérfano, sus padres murieron cuando él era solo un niño. Pero lo mismo puedo mandarlo a llamar, para solucionar este asunto, no sabía que su hijo era golpeado.
   Yo pensé para mis adentros, ah con razón la ausencia de sus padres, lo habrán vuelto una persona tan fría
   Un chico palio de ojos claros y más alto que Fabricio (pensé seguro que Jorge sería otro más de los chicos que le gustaba) entró, traté de no levantarme para golpearlo, sabía que era él pude verlo en sus ojos.
   La directora le preguntó-¿Sabes por qué estás aquí?
-No, directora, no sé por qué estoy aquí
-Ella es la madre de Fabricio, el compañero de cuarto año. ¿Alguna vez golpeaste a Fabricio?
-Sí, me molesta que él sea tan afeminado, un día dijo que le gustaba y desde ese día me dio por golpearlo.
   La directora le explicó a Jorge que la orientación sexual es una elección, y que si le molestaba como era Fabricio, que solamente lo ignorara. Al terminar de hablar, lo castigó dándole tres semanas de suspensión.
Siete
   Pasaron días y la cosa se relajó, Fabricio podía sentirse tranquilo paseando por el colegio. Ya pasados las tres semanas, Jorge volvió, ese día cuando Fabricio volvió, lo vi sangrando, esto ya se me estaba yendo de las manos, quizás que nunca tuve que haber hecho que lo suspendieran, lo que más me entristeció fue que Fabricio me contara que mientras Jorge lo golpeara le dijera cosas como- maldito maricón, de putos como vos está el mundo lleno, ¿qué hará el mundo con un puto menos? Exacto nada. Y que me haya contado que acercaba la cabeza de Fabricio a su entrepierna diciendo- Pero no es esto lo que querías mamita. Lo que me sorprendió fue que la pelea fuera publica, o sea que fuera durante el recreo, y que nadie saltara a defenderlo o por lo menos a separarlos, las profesoras observando sin hacer nada. Pensé para mis adentros por lo menos digan algo respecto al tema.
   Otro vez la misma historia, Fabricio se enamoraba de un chico y como los demás le hacían bullyng debíamos de cambiarnos de colegio, o pensaron los cambios eran solo coincidencia.
Ocho
   Me levanté, cambié y me fui al trabajo. Al volver de trabajar saludé a mi hijo, por un segundo encendí el televisor, puse en el noticiero y la voz del anunciante se escuchó. La voz decía-En la escuela San Isidro hubo un asesinato, murió un compañero baleado en el patio del jardín, desde la morgue nos confirman que fueron 5 balazos que se repartieron una bala por extremidad y otra en la cabeza. Quien lo hubiera matado, le debía tener cierto remordimiento para disparar tantas veces.
   Al terminar de escuchar esto me sobresalté, porque sabía que en esa escuela iba mi hijo, pensar por un minuto que el culpable fuera Fabricio. Le pregunté que había hecho Fabricio ese día.
   A lo que él se excusó diciéndome que él en los recreos solo se hallaba en la biblioteca, por lo que él no sería incapaz de haber sido el homicida, además de donde podría sacar mi hijo un arma de fuego.


Nueve
   Ese día me fui al centro a comprar mercaderías, le pedí a Fabricio que para cuando yo volviera tuviese su cama tendida, la cocina limpia y que si iba a traer gente a casa que la mantuviera limpia.
   Al volver, abrí la puerta y vi una sombra perturbadora de una persona que colgaba del techo, del cuello de la sombra una cuerda atada y en la mesa de la cocina una carta la que temía leer. Al ver esto solté un grito despavorido- Mi hijo ha muerto, ¿Por qué? ¿Por qué él y no yo?  ¿Si sabía que él era maltratado, por qué no hice nada para detenerlo?
   Un profundo remordimiento me abrumaba, me acerqué a la mesa y tomé la carta y la leí.
   Querida madre, quería contarte que ya no puedo seguir así, el maltrato ha sido muy frecuente en mi vida. Sé que este no acabará, se ve que mi orientación sexual es como mi cruz.
   Como es posible que aún en pleno siglo XXI haya gente que sea tan idiota.
   Sé que esto no va a acabar, acaso ¿Qué puedo hacer?
   La última alternativa es que finja ser lo que no soy.
   Debería poder expresarme como quiera, pero en este mundo de mierda, no se puede.
   Detestó que aún exista gente que solo crea que el hombre solo puede salir con la mujer.
   Que piense que solo por decidir ser otra cosa debes estar en el infierno.
   Ni siquiera puedo creer en un Dios que sea quien me protege, porque en la religión, si soy lo que soy, solo merezco ir al infierno y tener que quemarme junto a delincuentes y pederastas.
   Soy gay cual es el problema.
   Acaso por ser lo que soy merezco ser maltratado, separado o alejarme de la sociedad.
   Como veras ya no puedo con esta situación, quiero que este sufrimiento se detenga.
   No merezco seguir viviendo.
   No sirvo para nada.
    Si no soy  rico, ni carismático, ni bonito, ni musculoso.
   No tengo ojos claros, ni soy rubio.
   Ja ja, menos mal que no soy negro, porque si lo fuese ya me tuve que haber matado antes.
   Ma, no quiero que te sientas culpable, culpable solo es este mundo hijo de puta.
   Por lo menos me alegra saber que pude hacer justicia.
   Sino pregúntaselo a Jorge, si es que no ésta muerto de seguro esta parapléjico, ojala se haya muerto.
   Como último deseo, quiero que le digas a Joaquín que siempre lo amé como los arboles aman al otoño.
   Chau mami quiero que sepas que esto no es culpa tuya, y te doy un adiós eterno
Diez
   Pasó un año de la muerte de mi hijo y aun así lo sigo extrañando. Entre eso y la muerte de mi esposo realmente no sé qué voy a hacer con mi vida, yo que no podía soportar con eso. Un día decidí acabar con ese sufrimiento y fui a la tienda a comprar una caja de fósforos y luego fui a la estación de servicios en búsqueda de nafta. Al llegar a casa me bajé y aun sabiendo lo que iba a hacer tomé un bidón que había llenado de nafta y comencé a volcarlo por toda la casa, por la cocina, el baño, el comedor, el garaje (donde se halla mi auto), y la habitación de mi hijo y la mía.
   Cuando la nafta estaba desparramada por todos lados, me acerqué a la cocina y abrí la hornalla del gas, para morirme quemada. Cuando el gas se había propagado por toda la casa fui en búsqueda de la caja de cerillas y con coraje decidí agarrar un fósforo y hacer que mi pelo, mi piano, mis discos y la ropa se envolviesen en llamas. Llamas flameantes que me quemasen por dentro. Pensé al grado de la locura a la que había llegado, pero aun así encendí la cerilla.
   La chispa del fósforo envolvió la casa y todo lo que tenía dentro, yo inclusive. Realmente no sabía lo que había hecho. En realidad, si sabía. Pero lo que me había llevado a hacerlo era un dolor profundo. Quemar mi casa era para a mí algo simbólico, era como querer cambiar mi pasado, al quemar la casa se quemaron los recuerdos de mi esposo y los de mi hijo. Las fotos, diarios, muebles casi todo me hacía recordarlo. Por eso es que quemé todo, ya que todo lo que se ocultaba en esas cuatro paredes quedará encerrado, callado entre esas mismas paredes. Paredes que me acompañaron desde que yo era niña, las que me vieron alegre esos días de afán y las que me vieron esas noches  tristes tambaleando y dudando si suicidarme o no.
Once
   Al encender esa maldita cerilla trate de arrepentirme, pero ya era muy tarde, ya no podía dar marcha atrás. Lo mismo si no hubiera encendido, que hubiera hecho. Ya me había hecho mucho daño, me pregunté ¿Pero quién? Solo sería yo la culpable de mi estado de ánimo, quien si no, yo era la única que se estaba auto-flagelando. También pensé de forma satírica- Por más que no hubiera encendido ese fósforo, no iba a limpiar toda la casa, era demasiado para mí.
   Ahora, lo que se preguntan ¿Qué pasó? ¿Si he muerto, quien se halla hablando?
   Pues obviamente, cuando encendí la cerilla todo se incendió, ver mi casa envuelta en llama me inspiró para hacer un cuadro. Por suerte cuando estaba por encender el fósforo estaba relativamente cerca de la puerta principal. Al estar cerca de puerta principal, uno de los vecinos llamó a los bomberos. Lograron rescatarme, la casa no, pocos segundos después de que me sacaran de mi casa, que ya estaba hecha cenizas, se cayó. Dios quiso que yo no muriera. Los bomberos me llevaron al hospital. Por suerte solo me quemé seriamente las piernas. El daño en mis piernas me forzó a tener que trasladarme por silla de ruedas a todos lado. En el hospital conocí a un gran doctor, no solo bueno sino también guapo de ojos verdes y de color de cabello rojo.
   Lo fui conociendo más y más mientras yo hacía reposo en el hospital. Al darme de baja en el hospital, lo pude contactar.  Cuando ya estaba sana pero parapléjica, lo contacté para citarlo para comer afuera juntos. Se ve que no le importo que yo tuviera que trasladarme con una silla de rueda.
               




Doce
   Pasaron dos años más hasta que Valentín, el médico, me propuso matrimonio. Yo que con esta condición no pensaba poder salir adelante, conseguir alguien que me quiera era algo muy extraño pensé.
   Ambos nos amamos y éramos tan unidos como el dedo a la uña, compramos una casa para vivir ambos bajo el mismo techo, compartíamos gastos, por mi condición no pude seguir trabajando como doctor, ahora estaba trabajando como oficinista del hospital, pero ya no era el mismo de antes, tuve que cambiarme de hospital. Por lo menos el ver a Valentín todo el tiempo en el trabajo. Ambos teníamos nuestros altos y bajos, pero entre nosotros nos apoyábamos.
   Un día llamé al trabajo para reportarme enferma, Valentín me dio apoyo para curarme. Los días pasaban y pasaban yo parecía estar cada vez peor, fuimos de doctor a doctor, pero nadie sabía lo que me sucedía. Un día le pedí a Valentín que por favor buscase a una curandera que le diera una solución a este gran problema que se volvía cada vez peor.  


lunes, 19 de septiembre de 2016

Tuerto, maldito y enamorado de Rosa Huertas

     Este resumen fue hecho a modo de guía, para referenciar a que nivel de la historia uno se ubica.
 
Uno: El capítulo relata acerca de su familia, la cual está conformada por su padre (el cual fuma), su hermana menor (quien posee una buena memoria y va tercer año de secundaria) y ella una inocente chica de quinto año de secundaria. ¿Pero su madre? Ella se separó de su familia al divorciarse del padre.
Carmen, o sea su hermana, tiene una lección de Garcias de la Vega (escritor fallecido a los 33, enamorado de Julieta Freve). Ella le pide a su hermana que le haga el trabajo porque la literatura no iba con ella.
Dos: Ricardo es el amigo de Elisa Velasco (la protagonista de la historia) desde primer año “D” hasta cuarto año cuando él le propuso ser algo más. Elisa decía que Ricardo podía ser Rico o Cardo dependiendo su personalidad, es Rico cuando se comporta simpático y Cardo cuando es muy áspero. Elisa para  va hasta la biblioteca para ayudar a su hermana con su reporte, al sacar un libro que fue escrito por el autor que le piden a Carmen escucha una voz y ve un ojo grisáceo.
Milagros es la abuela de Elisa, el padre de Elisa trabaja como vendedor de zapatillas y alpargatas de lana.
Ricardo y Elisa eran una pareja explosiva, Ricardo era alto y más negro que blanco y Elisa era enana y blanca como el papel. El padre de Elisa es totalmente xenófobo y racistas, esto se denota porque el padre de Elisa dice que le molesta que haya chinos en el barrio y no quiere que Ricardo salga con Elisa.
Tres: Elisa quien vive en la calle Toledo se cruza por segunda vez con el fantasma, quien tenía un ojo gris y el otro un parche, este le pidió a Elisa que lo ayude a recordar ¿Quién era?
Cuatro: Al llegar la noche a Elisa le ocurre algo aterrador, comienza a escuchar una voz, cual proviene de afuera, aterrada pero intrigada al mismo tiempo deambula por la casa por si alguien más la había escuchado. Su padre le contesta que la voz provenía de Adelina, una bella mujer consumida por el alcohol, que comenzó luego de su ruptura.
Cinco: Elisa va a lo de Ricardo que previo a llegar a ver a Ricardo pasa por la peluquería de la madre de Ricardo, Lupe. Ella le pide a Elisa que contuviera a Ricardo. Cuando llega a la habitación de Ricardo este le cuenta que sus padres se separaron porque su padre un día desapareció sin decir en durante cuánto tiempo se iría y a donde. Eso explicaba su Cardo de ayer.
Seis: Elisa le cuenta a Carmen lo sucedido, pues Carmen solo piensa que era una muy mala excusa para no hacerle el trabajo. Luego van ambas a la casa de la madre la que queda a 30 cuadras de la suya. Su madre, la banquera, le cuenta sobre el chico que le parecía guapo y Elisa sobre su insomnio. Su madre le confiesa que el barrio en el cual vivían todos antes que ella se fuera le era muy anticuado y por eso se fue y Elisa supone que se refería a su padre.
Siete: Carmen al día siguiente le entrega los libros de Lope a Elisa diciéndole que no había nada paranormal, luego le cuenta que los libros estaban en la estantería de la letra “L” y no en la de la “V”. Felipe el bibliotecario le cuenta a Elisa que los libros de Lope de Vega se hallaba en esa estantería porque Jesús, el profesor de lengua de Carmen, le dijo que Lope es su apellido cuando en realidad era Vega, la respuesta le hace sospechar que Jesús tuvo una experiencia cercana al fantasma. Elisa decide ir con el fantasma que le cuenta que ésta maldito y que su maldición consta en no saber quién era. Las últimas palabras que escuchó fueron “Fue Lope y Carpio”.
Ocho: El fantasma de aspecto juvenil le confirma a Elisa su teoría que afirmaba que Jesús fue uno sus ayudantes. El fantasma era alguien muy cercano a Lope, él le preguntó a Elisa si le podía decirle Belisa, como le llama Lope a su ama Elisa para que pasara por el anonimato. También le pide que vaya a la casa de Lope de Vega a investigar.
Nueve: Elisa cree que el fantasma era Alfonso contreras quien escribió “El rey sin reino”, acompañante de Lope. El fantasma cuenta que Lope y Don Miguel se detestaban, los hijos de Lope era Carlo y Félix. Él no sería ese. Julio, el compañero más anhelado en el curso de Elisa, la sorprende y la invita a salir de ese frio sitio.
Diez: Elisa le cuenta a Carmen sobre la visita a la casa de Lope. Esa noche ella no pudo pegar ojo, se sentía culpable por no haberle dicho con lujo de detalle al fantasma sobre la casa de Lope y haberse ido con Julio. Ricardo la fue a buscar a Elisa para contarle algo importante pero ella no estaba.  
Once: Elisa ignoró siete llamadas de Ricardo, al salir de la escuela se fue con el fantasma, le dijo que Marta nevares era una chica ciega e inteligente, ella fue una de los amores de Lope por eso ella no podría ser su amada.
Doce: Al volver a casa todos la miraron con mala cara, ella les contó que pasó por el “paso de cebra” y que casi la atropellaron (el fantasma de una mujer la salvó, pero esto no se lo dijo a nadie). Juan, El Terrible, era el profesor de Ricardo, al profesor lo llamaban así porque por razones absurdas los dejaba sin recreo.
Trece: Elisa le cuenta de la casa de Lope al fantasma y este le cuenta que él era el hijo de la criada (quien cuidaba a Nevares). En casa de Ricardo, él le cuenta que alguien lo persigue.
Catorce: Carmen elige ir con Lidia (su amiga) a la casa de Lope, a Elisa le sorprende que a Carmen le estuviera gustando la literatura, el fantasma la mujer del paso de cebra le dice a Elisa que les avisé a todos.
 Quince: Al llegar cerca de la iglesia, se encuentra con otro fantasma (el de un papa fallecido, cual murió baleado). El padre le cuenta sobre los asesinatos que hubo en ese barrio, en particular el de un obispo llamado Galeote.
Dieciséis: El asesino del obispo Galeote, Elisa comenzó a sacar panfletos para advertirles a los pasen por el paso de cebra. Buscó información sobre el asesinato del asesino.
Diecisiete: Elisa junto a Ricardo fueron en búsqueda del obispo para contarle lo sucedido, al contarle ¿Quién era, quién lo mató y por qué? Este fantasma se desdibujó, luego fue al paso de cebra a pegar los panfletos. Va con el fantasma que le cuenta que Lope era de cabellos grisáceos, su bigote y su perilla recortada, también le cuenta que él también era estudiante del colegio de Elisa y era uno de los muchos ayudantes de Lope. La hija de Lope era de quien el fantasma se había enamorado.
Dieciocho: Ricardo le cuenta a Elisa que quien lo seguía buscaba a su padre, un día lo agarró y lo dañó por la fuerza bruta que le aplicó. En donde vivía Jesús antes hubo un teatro que se incendió, por eso es que Jesús decidió abandonar, no soportaba ver fantasmas de los que murieron incendiados.
Al otro día el rubio que lo perseguía lo volvió a agarrar, pero Elisa le pateó la entrepierna y salieron corriendo y se cruzaron con la fantasma del paso de cebra que les permitió pasar, luego escucharon un golpe seco, era el rubio que fue atropellado, la fantasma saludo a Elisa y se desdibujó.
Diecinueve: El nombre del rival del fantasma era Pérez de Montalbán, hijo del escritor de L Lope; él se consideraba el verdadero escritor, se considera predilecto de Felix. Juan Pérez le pegó en el ojo al fantasma, por eso es que él quedo tuerto. En la biblioteca se vuelve a encontrar con Julio.
Veinte: Cada vez Elisa se encierra más y más en una burbuja, no le importa ir a clases, Julio, Ricardo ni su familia. El mundo fantasmagórico la capto, por suerte ella estaba escribiendo un seguimiento escrito sobre lo que sabía sobre el fantasma, ya que cuando todo acabara ella se olvidaría de todo. Elisa había pescado y todos se preocupan por ella. Elisa encuentra el nombre de la amada del fantasma. Ella también se ha apegado al fantasma y no lo quería perder.
Veintiuno: Elisa se enferma y todos temen a que ella muera por eso comienza a faltar a clases y le pide a su hermana que encuentre el nombre del hijo de la criada para poder volver a ser lo que era antes. Elisa se cruza con Lina la loca y la ve gritando, en ese momento se da cuenta que Lina sacude los brazos porque ella quería espantar a los fantasmas que la atormentan.
Veintidós: El fantasma le cuenta a Elisa que Antoñica le partió el ama, un día ella fue al teatro que tanto tenía anhelado ir, a ella le había acompañado otro hombre quien le susurraba al oído de ella y al fantasma le rompía el corazón, él y ella no se habían vuelto a ver en el pozo. Un día Antoñica le pide al fantasma que saque a su padre de la casa para “actuarle una obra”, al volver ella se había escapado con su amado. Y en ese momento Lope estaba pasando por la pérdida de su hijo menor y mujer se había quedado ciega y murió.
Lope se enfermó a muerte y antes de morir maldijo al fantasma condenándolo por haberlo alejado de su hija. Y por esto el fantasma fue echado de su hogar donde se refugiaba en la biblioteca.
Veintitrés: Carmen consiguió el nombre del fantasma Lorenzo, quien amaba a Antoñica, la cual huye con Cristóban. También le cuenta que ella murió en su casa a la espera de Lorenzo, su espíritu quedo encerrado en el espejo de su habitación en la casa de Lope, esta le pide que traiga a Lorenzo con ella para perdonarse.
Veinticuatro: La única forma para saber cómo hacer para que Elisa pueda reunir a ambos fantasmas es ir con una adivina. Morgana, la curandera, le dar un par de velas negras de 20 pesos a cada una para ser Elisa la mediadora de los fantasmas.
Veinticinco: El ritual fracasa y Elisa se ve forzada a hablar con Lina, el fantasma le pide que robe el espejo.
Veintiséis: Lina le dice a Elisa que debe de llevar a Lorenzo hasta el espejo de la casa de Lope en el cuerpo de una persona que le crea y aquella persona deberá llevar los ojos cerrados hasta llegar al frente del espejo. Lina se atormenta voluntariamente (no quiere dejar de ver a sus padres ya difuntos).
Veintisiete: Ricardo le dijo a Elisa que su padre salió de un antro y vio un asesinato y por ser testigo se debía ocultar porque quien asesinó al asesinado iba a asesinarlo. Por suerte el rubio cuando fue atropellado murió.
Ricardo era el elegido para llevar a Lorenzo con Antoñica, Carmen luego de aprobar el trabajo de Lope no le era importante.

Veintiocho: Elisa guía a Ricardo con Lorenzo en el cuerpo hasta la casa de Lope, al pasar por el pozo donde Lorenzo y Antoñica se cruzaron, Elisa cerca del pozo besó a Ricardo con Lorenzo. Y al reencontrarse Lorenzo y Antoñica ambos se desdibujaron y Elisa nunca más supo de ellos. Por suerte ella pudo terminar de escribir todo lo que se relacionaba con el mundo fantasmagórico.