sábado, 24 de septiembre de 2016

MUCHAS GRACIAS

Gracias a todos mis lectores, ya hemos llegado a más de 50 visitas en el blog, no se olviden de comentar el libro que quieran que resuma. Además voy a publicar el segundo cuento de producción propia, para lo cual voy a necesitar su apoyo y que si quieren me comenten nombres para aparecer en mi cuento.

Yo por ti... parte II

Parte II
Trece
   Hace días que mi mujer enfermó y no se cura, no sé qué hacer con ella, hemos ido a los más afamados doctores y aun así no se sabe que es lo que tiene. Hoy pedí un turno con una curandera, para ver si es que ella nos podría ayudar con este serio problema, también le notifique al hospital que ese día no iría a trabajar. Reuní valor me duché, me cambié y comencé a caminar (Tuve que ir a pie solo porque ninguno de los dos tenía un coche, moto o bicicleta) hasta la puerta de la curandera Morgana. Cuando me paré al frente a la puerta, toqué con fuerza, sabía que mi mujer se podría morir si es que yo no me apresuraba a buscar su cura. Una mujer alta de ojos negros penetrantes me miró con mala cara, sabía que yo era quien le interrumpía en su casa. Me hizo pasar, ella sabía a lo que venía me dijo- Hola Valentín, ¿Cómo está tu esposa?-
-          ¿Cómo sabes cómo me llamo?, ella ésta muy grave, hace días que no puede ir a trabajar. Por eso vengo hoy aquí, quisiera saber si sabe ¿que tiene y como puedo ayudarla?
-          Yo puedo hablar con el más allá, sé que tú tienes un hermano en la cárcel, sé que tu madre se suicidio al saber que tu padre la traicionó con tu sirvienta, sé que te casaste con la mujer que se quedó parapléjica y se traslada con una silla de rueda
-          ¡Wow!, me sorprendí.
-          Por favor dime dónde es que le duele
-          Le duele cerca del corazón, realmente nadie sabe lo que puede ser, hemos ido a muchos lados, pero nadie sabe que es
-          Ya sé, es un malestar que solo se pasa con un té de una planta que sale absolutamente cara, solo crece en la cima del Everest en sus cuevas más altas.
-          No creo que pueda pagarle, mi mujer me necesita, ésta muy enferma. ¿Qué puedo hacer para pagarle?
-          Sabes que en la vida uno consigue muchos amigos y enemigos, más enemigos que amigo, algunos son muy molestos y cargosos, algunas veces me gustarían que desaparecieran- dijo mientras me guiñaba un ojo.
-          O.K, dígame a quien le gustaría que desapareciera- le dije. Yo ya había entendido lo que quería que hiciese.  
-          Candelaria Berti, ella fue una compañera que siempre se burlaba de mí por tener una amiga con labio leporino, ella nos trataba de lesbianas.
-          Si tengo que matar alguien por amor lo haré, pero por favor dame esa planta.
-          Solo te voy a dar la planta cuando me traigas o su cabeza o su cuerpo sin vida
-          Pero la necesito ya, mi mujer ésta enferma.
   Al terminar de decir esto, me di cuenta que ya se había vuelto de noche, no llegaría a casa y si volvía no sería con vida. Solo llevé lo suficiente para pagar los 150 pesos de la consulta, sin decir que debía de “desaparecer” a una mujer. También debía de pedir asilo a la curandera.



Catorce
   Es el primer día que desperté en la casa de Morgana, le conté sobre mi situación, sobre que no podía volver sin la cura al malestar de Valentina, mi esposa, esta lo comprendió y fue muy empática conmigo y me dijo:- no te preocupes, pues yo te daré asilo sin tener que cobrártelo, siempre y cuando te comprometas a asesinar a quien te dije que debías matar. Hasta que no consigas la cabeza de Candelaria Berti no te dejare ir.
   Ese día la curandera, me dio el domicilio de Candelaria y me dijo que viera de hacerme el amigo de ella. La casa de Candelaria no quedaba tan lejos que podía pensar, casi eran vecinas, solo cuatro cuadras las separaban a quienes se odiaban con toda el alma. Morgana me invitó a desayunar, me contó sobre cómo es que había conocido a su amiga con paladar englido, y como es que Candelaria las maltrataba a ambas, sobre sus defectos y su relación. Se hizo de tarde cuando tomé valor para encaminarme a la casa de Candelaria. Cuando llegue toque la puerta y me le presenté tratando de convencerla que estaba descompuesto y le pedí un vaso de agua, la mujer que me abrió la puerta era un poco más joven que Morgana, a mi gusto ella era muy bonita de tono oscuro, parecía tan carismática, me invitó a entrar, me dio un vaso de agua y me pregunto cosas como mi nombre y mi domicilio. Le conté que estaba ayudando a una amiga con un problemita.
   Luego me invitó a almorzar con ella, parecía que se había enamorada de mí, pero le dije que no que hoy estaba ocupado, que quizás otro día, la pasaría a visitar y si podíamos, hacer algo juntos. Ella me comentó sus datos personales y me dio su número, lo agendé ya que sabía que debía de verla de nuevo.
   Cuando estaba volviendo, me puse a pensar sobre la mujer a la que iba a matar, no era merecedora de morir, lo mismo ya era muy tarde. Valentina se estaba muriendo y yo aquí.
   Ese día a la tarde le pedí a Morgana que me diera Cianuro para matar a aquella mujer. Por un momento ella desapareció y luego apareció con un tarrito de cianuro junto a un hacha pequeña y un bidón de nafta y fósforos, solo me guiñó un ojo, me acordé que debía de degollarla. Yo ya estaba preparada psicológicamente para hacer lo que me veía forzado a hacer.
   Esperé a que el día quedara totalmente en la sombra de la oscuridad nocturna, le agradecí a Morgana porque me estaba auxiliando dándome asilo, le prometí que mañana si o si le traería la cabeza de Candelaria.
   Cenamos, le agradecí la comida, me duché, me cambié (poniéndome la ropa que llevaba cuando salí de casa con el fin de encontrar la solución al problema de mi esposa) y me fui a dormir, lo único que incomodaba a mi estadía en lo de Morgana era que al ser una casa tan desolada y haber poco espacio solo daba lugar a una sola cama matrimonial. Por lo menos prefiero esto antes de estar durmiendo bajo el cielo estrellado, muriéndome de frio y llorando por dentro al pensar en Valentina sin poder hacer nada, encerrada entre esas cuatro paredes. ¿Qué será de ella? Me pregunté.


Quince
   Me levanté sin animo, sabía que a partir de hoy no sería una persona de bien, que debía de sacrificar a una mujer y que a la vez matar a mi cordura, mi reputación y ensuciar con sangre que no fuera de una persona del hospital, eso me jugaba en ventaja, mi experiencia con la sangre de los quirófanos, me volvería más resistente al ver a alguien sangrar.
   Me encaminé hasta la mesa y ya al frente de esta extendí mi mano y tomé todas cosas, el cianuro y un hacha pequeña, el bidón de nafta y los fósforos y las coloqué en una mochila que Morgana me prestó para llevar todo. Ya preparado abrí la puerta y salí en búsqueda de aquella chica que no merecía el mal. Al caminar por las cuatro calles en búsqueda de Candelaria, tomé un poco de sol ese día sí que hacía  mucho calor, decir que sudé solo al comenzar la segunda cuadra, mientras caminaba pensaba en Valentina, ¿si es que no estuviera enferma y se quisiera deshacer de mí?, luego me imaginé a Fabián, un amigo de Valentina, besándose con ella mientras yo acá como un idiota que está por asesinar a alguien por algo que no se sabe si es o no que funcione.
   Ya en lo de mi futura víctima,  toqué la puerta con timidez, a lo que Candelaria me abrió  e ingresé en la casa sin pedir permiso, ella se sorprendió de que yo volviera. Me saludó y de forma cómica dijo
-          Pasa, te invito a que pases
-          Oh, disculpa mi interrupción, dije enrojecido, sabía que había hecho mal al ingresar sin pedir permiso
-          Relájate, puedes sentirte como en tu casa, ¿Dime qué te trae por aquí?, dijo al verme sonrojado.
-          Gracias, solo vine porque me prometiste un trago.
-          No recuerdo haberlo dicho, pero igual te lo invito. Sacó dos vasos y en ellos sirvió una medida de tequila en cada vaso
-          ¿Podrías por favor traer papel de cocina para mi nariz?
-          Sí, como no
   Aproveché la situación, saqué el cianuro que tenía en un frasquito de vidrio que tenía en la mochila de Morgana, vertí todo su contenido en el vaso, y este al ser incoloro y sin sabor pasaba muy disimulado. Ya tenía el vaso de tequila con cianuro mezclado y en mi mano el de tequila que no tenía nada malo cuando Candelaria llegó con el papel de cocina en mano. Me soné la nariz, porque en serio tenía mocos y luego le dije que brindáramos por nuestro  encuentro, alzamos nuestros vasos de tragos e hicimos ambos un fondo blanco, en cuestión de minutos ella cayó al suelo y comenzó a convulsionar, ya que estaba paralizada por el veneno saqué mi hacha pequeña y comencé a hachar el cuerpo de la inocente, la mayoría de los hachazos iban dirigidos al cuello, mientras la hachaba lloraba, sabía lo que estaba haciendo y aun así no paré. Terminé por arrancar la cabeza con ambas manos, la sangre chorreaba como la que se vuelca al clavar un puñal a un cerdo en el matadero. Ya con la cabeza de Candelaria busqué en toda la casa un lugar apropiado para llevármela. Encontré una grande valija en la cual la cabeza de Candelaria cabía perfectamente, usé el bidón de nafta rociando la casa, el cuerpo de la difunta lo deje en su cama cubierta por sus sábanas blancas, abrí una ventana, me cambié de ropa y la que tenía sangre la deje adentro junto a la mochila que me prestó Morgana. Y desde afuera de la casa encendí una cerilla, la arrojé y me fui con la valija de Candelaria con su cabeza dentro. Cuando salí de la casa de Candelaria traté de ocultar lo que sentía internamente, la culpa me estaba matando.
   Ese día al volver, Morgana me dio las plantas medicinales junto a un gran abrazo, se despidió y me fui.
Dieciséis
   Cuando volví caminando iba reflexionado sobre todo lo que tuve que hacer, pensaba en lo preocupada que debía estar mi esposa al saber que yo me había desaparecido dos días enteros, y sin saber nada de mi lo mal que habrá estado. Llegue de vuelta a mi hermosa casa, abrí la puerta pensando que del otro lado estaría mi mujer esperándome, anhelando mi retorno. Pero no fue así, al abrir la puerta lo único que se hallaba era una carta arriba de la mesa, la mayoría de los muebles no estaban, me preocupé por lo que pudo haber pasado. Me arrimé a la mesa y tomé la carta que decía
   No sabes por todo lo que he pasado, mi enfermedad ha ido empeorando con el tiempo el primer día en el que te fuiste me dieron muchas punzadas en el corazón, me sentía que me estaba muriendo, he tratado de ir a trabajar, pero las puntadas ya eran muy seguidas, al volver del trabajo, miré tele y espere a que llegaras, te esperaba con muchas ansias. Necesito una compañía en esta casa, cuando fui al supermercado conocí a un muchacho carismático que me brindó ayuda y se ofreció a llevar mis mercaderías hasta nuestra casa, cuando él ya estaba aquí, cerró la puerta y sacó una pistola en lo que yo vuelvo a la cocina el comenzó a tomar todos nuestros muebles de la nada ya no era uno sino tres quienes lo ayudaban a llevarse todo. El segundo día en el que no viniste, yo salí a pasear, a tomar un respiro de lo que había sucedido. Cuando estaba en la calle un hombre me disparó muy cerca del corazón por intentar robarme mi silla de ruedas.
   Tal impacto, me hizo tener que volver como antes a hacer reposo para ver si en mi corazón nada andaba mal, por eso si éstas leyendo esta carta quiero que sepas, que puedes encontrarme en el hospital donde nos conocimos. Y en caso que muera quiero que sepas que siempre te he amado.
   Al terminar de leer esto decidido, tomé mis cosas y me dirigí al hospital.
Diecisiete
   Ya en el hospital busqué a mi esposa que debía estar en reposo, solo deseaba que ella no muriera. Cuando encontré donde estaba e ingresé, la vi destrozada con el rostro lastimado. Cuando ella me vio soltó un par de lágrimas de alegría y me dijo
-          Que suerte que hoy te encuentres aquí, los doctores me dijeron que solo me quedaba un día para que mi corazón se detenga, el impacto de la bala me ha dejado medio muerta y cuando acabé el día moriré.
-          No digas eso, te he traído un té que te curará tu enfermedad. Bébelo, le ordene mientras de mis mejillas rodaban lágrimas.
-          Por más que me cure de esa maldita enfermedad, me moriré a falta de un corazón en buen estado, hasta ahora ningún doctor consiguió un donante de corazón.
-          Yo te daré mi corazón si es necesario, por ti me mataría, le dije.
   Fui con su médico y le conté que quería donar mi corazón, que yo perdiera mi vida para darle más años a mi amada, era todo lo que quería. Entonces me acerqué a Valentina y le di un beso eterno y me despedí para siempre.
Fin
Valentín Tarquinio






     

viernes, 23 de septiembre de 2016

Yo por ti... parte I

Este es un libro que escribí para el colegio, me gustaría que comentaran lo que opinan
Parte I
Uno
   Me levante afligida e insegura de mi cama, sabía que yo no podría más con esto, hasta qué punto llegaría. Ignorando mis sentimientos me cambié, fui a la cocina, desayuné y me fui en mi auto al trabajo. Yo trabajo en un hospital, soy médica. Por suerte a donde voy me queda relativamente cerca, sí coincidiéramos cerca, a diez cuadras. Yo me incluyo en ese grupo de personas que por más cerca estén de su trabajo, aun así van en auto. En el trabajo puedo relajarme y salir de la burbuja que construyo en casa, el trabajar despeja mi mente.
   Cae la noche, termino mi turno, marco tarjeta y me retiro. Llego a casa, abro la puerta, me cambio y me entro a bañar, el chorro de la ducha golpea mi espalda, la lluvia empapa mi cara de tristeza, al cerrar mis ojos sólo recuerdo ese feo hecho. En el baño malos recuerdos abundan mi mente, dentro de los más trágicos, la muerte de mi marido.
   Mi marido se llamaba Mauro, sólo tenía tres años más que yo, pero en el amor la edad no importa ¿o sí?, él de ojos marrones y cabellos rubios rizados tan buena persona. Recuerdo cuando lo conocí, era invierno, hacía mucho frio ese día, recuerdo que tenía que hacer muchos quehaceres, luego de las interminables listas de tareas que me daba mi madre decidí ir al parque de la ciudad para tomar un respiro.
   Me senté cerca del lago cuando de repente una extraña nube negra apareció. No me dio tiempo suficiente para llegar a casa. La lluvia era uno de los tantos problemas que tuve en su momento, al percibir que estaba lloviendo traté de hacer lo posible para evitar por mojarme, pero no resultó, mi abrigo se había empapado de agua y me sentía muy pesada, casi no podía caminar. Vi a lo lejos una casa con toldo donde refugiarme de la lluvia. Allí un hombre se acercó a mí y con timidez se presentó
-          Hola.
-          Hola.
-          ¿Cómo te llamas?
-          Yo me llamo Valentina, ¿vos?
-          Me llamo Mauro, estas muy mojada, pasa un minuto para secarte y calentarte.
-          Disculpa pero yo te acabo de conocer. Igual muchas gracias.
-          No pases frio, por lo menos espera a que te consiga un abrigo.
   Y en un parpadeo él llego sonriéndome y con un bello abrigo de piel en brazos, yo obviamente lo tomé, no tenía planeado pasar más frio, me lo puse y le agradecí con una sonrisa cómplice. Acabó lluvia, le agradecí su hospitalidad y me fui.


Dos
   Luego de un tiempo volví a cruzármelo en la plaza de cuidad, cuando Mauro me vio se me acercó y me invitó a almorzar con él afuera, vi en sus ojos una chispa, en su momento me di cuenta que él se había enamorado de mí. Ese día almorcé con una persona a la que digamos que no conocía, al llegar al restaurante nos sentamos uno al frente de otro, y una divertida charla se dio. En un momento él me preguntó si yo tenía novio, a lo que le conteste que no. Esto generó en él una mueca de alegría, de seguro que pensaba que tenía oportunidad de salir conmigo. Luego él me preguntó ¿qué tipo de chicos me gustaba?, a lo que yo le conteste que rubios y de ojos oscuros. Él comenzó a enrojecerse.
   Citas como esas se fueron dando durante un mes, hasta que un día él me citó en su casa, para ese momento ya le tenía más confianza en él. Cuando fui, él me esperaba con una merienda americana, merendamos y en un momento nuestras miradas se cruzaron y nos besamos y él me confesó que se había enamorado de mí el día que llovía exageradamente. Yo le dije que también me gustaba, luego él me preguntó si quería ser su novia a lo que le dije que sí.
Tres
   Luego de dos años, éramos muy cercanos, él también trabajaba como médico en otro hospital. Le pidió que lo transfirieran al hospital donde yo trabaja, por ello ambos nos íbamos y volvíamos en mi auto al trabajo. Un día me llevó hasta un hotel donde me sorprendió con su propuesta de matrimonio, me alegre tanto que lloré de la emoción, todos nuestros familiares y amigos estaban en el hotel. Luego del sí celebramos yendo a las tinajas, un restaurante de diente libre, por fin tendría a alguien que me hiciera compañía en mis momentos de depresión y mi casa ya no estaría más sola.
   Un día me puse a pensar sobre qué sería de mi futuro, quién me haría compañía si mi marido se muriera. Yo siempre quise tener nieto. Entonces un día le pregunté a Mauro si le gustaría tener un hijo, a lo que contestó- Yo por ti daría mis días y noches, te daría las veinticuatro horas de los siete días de la semana de los trecientos sesenta cinco días del año.
   Probamos y probamos, pero nada sucedía. Hasta que un día decidimos ir con un especialista. En la clínica esperamos con ilusión de que sólo dijera que no había ovulado, pero el problema no era mío. Mauro no podría nunca concederme un hijo, él era infértil. Una tristeza pasajera surgió en mi vida.
   Entre Mauro y yo decidimos hacer una inseminación artificial, por más que fuera caro todo valía la pena por tener un hijo.
   Los segundos, minutos, horas, días, semanas, años pasaban y yo estaba engendrando un bebe. Con el apoyo de mi marido pude seguir adelante y no dejar que nada me hiciera decaer. Cuando por fin tuvimos un hijo, le pusimos Fabricio.


Cuatro
   Cuando Fabricio cumplió los 8 años festejamos su cumpleaños en un salón de fiestas infantil, en el momento menos idóneo mi hijo salió corriendo hacia la calle principal seguido de Mauro quien lo perseguía, pero ya era tarde un auto se le abalanzó, al ver esto mi esposo se arrojó a la calle y logró empujar a mi hijo fuera de esta, pero esto le costó la vida.
   Luego de ese rato en el cual estuve bajo la ducha, rompí la burbuja en la que estaba y salí del baño, me sequé y me cambié. Otro día sin dejar salir tantas emociones que tenía reprimida. ¿Cuánto tiempo podía mantener mis sentimientos cerrados? Otro día de rutina, al salir del ardo trabajo de hoy me eché a en la cama. Fabricio vino a mí para hablarme de su día, últimamente he visto Fabricio muy raro, un día le vi el rostro con un moretón impresionante, le pregunté si alguien lo molestaba, qué le sucedía. A lo que él me contesto que no era nada que solo se había caído porque se cayó al correr en el colegio.
   Lamentablemente en la primaria de Fabricio pasó por tres escuelas distintas, siempre la misma historia. Le di dos años para acostumbrarse al colegio. En su última escuela, Fabricio conoció a un compañero del cual se hizo gran amigo, el amigo de Fabricio se llamaba Joaquín. Estos eran muy cercanos, Joaquín muchas veces lo defendía, obviamente yo no me enteré de que mi hijo era duramente golpeado en el colegio.
Cinco
   Un día descubrí el por qué Fabricio era golpeado gracias a Joaquín. Joaquín golpea la puerta a lo que yo lo atiendo, lo dejo pasar y  le invito a merendar. Se sienta en la silla de la mesa y yo me senté al frente de él.
   A lo que él comienza a hablar
-          ¿Está Fabricio en casa?
-          Sí, pero ésta durmiendo
-          Mejor, espero a que no se levanté porque tengo algo muy importante para decirte
-          O.K te escuchó
   Él mientras se servía mate cocido, me miro a los ojos y me dijo
- He visto a Fabricio muy “cariñoso” conmigo, los otros días me invitó por un helado, y en la misma heladería me confesó lo que sentía por mí, me dijo que desde que me conoció, capté toda su atención. Eso me dio a entender porque es que se desconcentraba en clases y siempre pedía estar en grupos conmigo, en su comenzó antes de enterarme de lo que ya te dije pensé que solo era una extraña forma de mostrar su amistad. También al saber esto supe la razón por la que Fabricio era golpeado por mis compañeros, supongo que era muy evidente. Y las personas de nuestro colegio son pocos tolerantes, sabía el caso de un compañero que se cambió de colegio porque se le burlaban por tener pelo largo.
   Cuando él acabó de hablar, escuché de la escalera una persona bajar era Fabricio, se alegró al ver a Joaquín en casa, se sentó en la mesa y yo le dije siéntate, a merendar. Él se acercó a Joaquín, lo saludo y se sentó a la mesa y se sirvió la merienda.
   Luego le dije
- Hijo ya sé todo lo que ha sucedido. ¿Podrías sacarte la remera?
- ¿para qué quieres que lo haga, ésta Joaquín, no puedo hacerlo?   
-Sácate esa remera, quiero ver algo.
   Cuando Fabricio se sacó la remera y pude verle muchos moretones que se repartían entre sus brazos, piernas y torso. Le pregunté que quien había sido lo había golpeado, a lo que él se excusó diciendo que se chocaba contra las paredes. Al terminar de decir esto, Joaquín intervino en la conversación negando lo que había dicho Fabricio, diciendo- dile la verdad, dile que quien te golpea es Jorge.
   Jorge era un compañero de sexto año de la escuela de mi hijo, este ya había sido expulsado por la misma causa, no sabía que Jorge le pegará a mi hijo.
-Hijo voy a tener que tomar carta en el asunto.
   Joaquín terminó de merendar, me agradeció la invitación, nos saludó y se fue.
Seis
   El día siguiente, fui a la escuela de Fabricio, pude ir ya que pedí franco ese día, nada era más importante que mi hijo. Al llegar al colegio toque el timbre y me atendió la portera, la que me preguntó el motivo por el cual me presentaba ese día. Luego ella me dirigió con la directora.
   La directora me invitó a entrar, la saludo, y me siento. Y doy pie a la charla
-Buen día directora, quería hablar respecto a mí hijo
- ¿Respecto a qué? ¿Respecto a que está perdiendo el año?
-¡Qué!, me sorprendí. ¿Por qué?, ¿Cómo puedo hacer para no se quede de año?
-Su profesora de grado, me ha contado que él se distrae mucho en sus clases, porque se la pasa hablando con su amigo.
-No, vengo a hablar de Jorge
-¿Qué Jorge, el de tercer año o el de sexto?
-El de sexto, él golpea a mi hijo solo por su orientación sexual. ¿Quería saber quiénes son sus padres?
-Le explicaré, Jorge es huérfano, sus padres murieron cuando él era solo un niño. Pero lo mismo puedo mandarlo a llamar, para solucionar este asunto, no sabía que su hijo era golpeado.
   Yo pensé para mis adentros, ah con razón la ausencia de sus padres, lo habrán vuelto una persona tan fría
   Un chico palio de ojos claros y más alto que Fabricio (pensé seguro que Jorge sería otro más de los chicos que le gustaba) entró, traté de no levantarme para golpearlo, sabía que era él pude verlo en sus ojos.
   La directora le preguntó-¿Sabes por qué estás aquí?
-No, directora, no sé por qué estoy aquí
-Ella es la madre de Fabricio, el compañero de cuarto año. ¿Alguna vez golpeaste a Fabricio?
-Sí, me molesta que él sea tan afeminado, un día dijo que le gustaba y desde ese día me dio por golpearlo.
   La directora le explicó a Jorge que la orientación sexual es una elección, y que si le molestaba como era Fabricio, que solamente lo ignorara. Al terminar de hablar, lo castigó dándole tres semanas de suspensión.
Siete
   Pasaron días y la cosa se relajó, Fabricio podía sentirse tranquilo paseando por el colegio. Ya pasados las tres semanas, Jorge volvió, ese día cuando Fabricio volvió, lo vi sangrando, esto ya se me estaba yendo de las manos, quizás que nunca tuve que haber hecho que lo suspendieran, lo que más me entristeció fue que Fabricio me contara que mientras Jorge lo golpeara le dijera cosas como- maldito maricón, de putos como vos está el mundo lleno, ¿qué hará el mundo con un puto menos? Exacto nada. Y que me haya contado que acercaba la cabeza de Fabricio a su entrepierna diciendo- Pero no es esto lo que querías mamita. Lo que me sorprendió fue que la pelea fuera publica, o sea que fuera durante el recreo, y que nadie saltara a defenderlo o por lo menos a separarlos, las profesoras observando sin hacer nada. Pensé para mis adentros por lo menos digan algo respecto al tema.
   Otro vez la misma historia, Fabricio se enamoraba de un chico y como los demás le hacían bullyng debíamos de cambiarnos de colegio, o pensaron los cambios eran solo coincidencia.
Ocho
   Me levanté, cambié y me fui al trabajo. Al volver de trabajar saludé a mi hijo, por un segundo encendí el televisor, puse en el noticiero y la voz del anunciante se escuchó. La voz decía-En la escuela San Isidro hubo un asesinato, murió un compañero baleado en el patio del jardín, desde la morgue nos confirman que fueron 5 balazos que se repartieron una bala por extremidad y otra en la cabeza. Quien lo hubiera matado, le debía tener cierto remordimiento para disparar tantas veces.
   Al terminar de escuchar esto me sobresalté, porque sabía que en esa escuela iba mi hijo, pensar por un minuto que el culpable fuera Fabricio. Le pregunté que había hecho Fabricio ese día.
   A lo que él se excusó diciéndome que él en los recreos solo se hallaba en la biblioteca, por lo que él no sería incapaz de haber sido el homicida, además de donde podría sacar mi hijo un arma de fuego.


Nueve
   Ese día me fui al centro a comprar mercaderías, le pedí a Fabricio que para cuando yo volviera tuviese su cama tendida, la cocina limpia y que si iba a traer gente a casa que la mantuviera limpia.
   Al volver, abrí la puerta y vi una sombra perturbadora de una persona que colgaba del techo, del cuello de la sombra una cuerda atada y en la mesa de la cocina una carta la que temía leer. Al ver esto solté un grito despavorido- Mi hijo ha muerto, ¿Por qué? ¿Por qué él y no yo?  ¿Si sabía que él era maltratado, por qué no hice nada para detenerlo?
   Un profundo remordimiento me abrumaba, me acerqué a la mesa y tomé la carta y la leí.
   Querida madre, quería contarte que ya no puedo seguir así, el maltrato ha sido muy frecuente en mi vida. Sé que este no acabará, se ve que mi orientación sexual es como mi cruz.
   Como es posible que aún en pleno siglo XXI haya gente que sea tan idiota.
   Sé que esto no va a acabar, acaso ¿Qué puedo hacer?
   La última alternativa es que finja ser lo que no soy.
   Debería poder expresarme como quiera, pero en este mundo de mierda, no se puede.
   Detestó que aún exista gente que solo crea que el hombre solo puede salir con la mujer.
   Que piense que solo por decidir ser otra cosa debes estar en el infierno.
   Ni siquiera puedo creer en un Dios que sea quien me protege, porque en la religión, si soy lo que soy, solo merezco ir al infierno y tener que quemarme junto a delincuentes y pederastas.
   Soy gay cual es el problema.
   Acaso por ser lo que soy merezco ser maltratado, separado o alejarme de la sociedad.
   Como veras ya no puedo con esta situación, quiero que este sufrimiento se detenga.
   No merezco seguir viviendo.
   No sirvo para nada.
    Si no soy  rico, ni carismático, ni bonito, ni musculoso.
   No tengo ojos claros, ni soy rubio.
   Ja ja, menos mal que no soy negro, porque si lo fuese ya me tuve que haber matado antes.
   Ma, no quiero que te sientas culpable, culpable solo es este mundo hijo de puta.
   Por lo menos me alegra saber que pude hacer justicia.
   Sino pregúntaselo a Jorge, si es que no ésta muerto de seguro esta parapléjico, ojala se haya muerto.
   Como último deseo, quiero que le digas a Joaquín que siempre lo amé como los arboles aman al otoño.
   Chau mami quiero que sepas que esto no es culpa tuya, y te doy un adiós eterno
Diez
   Pasó un año de la muerte de mi hijo y aun así lo sigo extrañando. Entre eso y la muerte de mi esposo realmente no sé qué voy a hacer con mi vida, yo que no podía soportar con eso. Un día decidí acabar con ese sufrimiento y fui a la tienda a comprar una caja de fósforos y luego fui a la estación de servicios en búsqueda de nafta. Al llegar a casa me bajé y aun sabiendo lo que iba a hacer tomé un bidón que había llenado de nafta y comencé a volcarlo por toda la casa, por la cocina, el baño, el comedor, el garaje (donde se halla mi auto), y la habitación de mi hijo y la mía.
   Cuando la nafta estaba desparramada por todos lados, me acerqué a la cocina y abrí la hornalla del gas, para morirme quemada. Cuando el gas se había propagado por toda la casa fui en búsqueda de la caja de cerillas y con coraje decidí agarrar un fósforo y hacer que mi pelo, mi piano, mis discos y la ropa se envolviesen en llamas. Llamas flameantes que me quemasen por dentro. Pensé al grado de la locura a la que había llegado, pero aun así encendí la cerilla.
   La chispa del fósforo envolvió la casa y todo lo que tenía dentro, yo inclusive. Realmente no sabía lo que había hecho. En realidad, si sabía. Pero lo que me había llevado a hacerlo era un dolor profundo. Quemar mi casa era para a mí algo simbólico, era como querer cambiar mi pasado, al quemar la casa se quemaron los recuerdos de mi esposo y los de mi hijo. Las fotos, diarios, muebles casi todo me hacía recordarlo. Por eso es que quemé todo, ya que todo lo que se ocultaba en esas cuatro paredes quedará encerrado, callado entre esas mismas paredes. Paredes que me acompañaron desde que yo era niña, las que me vieron alegre esos días de afán y las que me vieron esas noches  tristes tambaleando y dudando si suicidarme o no.
Once
   Al encender esa maldita cerilla trate de arrepentirme, pero ya era muy tarde, ya no podía dar marcha atrás. Lo mismo si no hubiera encendido, que hubiera hecho. Ya me había hecho mucho daño, me pregunté ¿Pero quién? Solo sería yo la culpable de mi estado de ánimo, quien si no, yo era la única que se estaba auto-flagelando. También pensé de forma satírica- Por más que no hubiera encendido ese fósforo, no iba a limpiar toda la casa, era demasiado para mí.
   Ahora, lo que se preguntan ¿Qué pasó? ¿Si he muerto, quien se halla hablando?
   Pues obviamente, cuando encendí la cerilla todo se incendió, ver mi casa envuelta en llama me inspiró para hacer un cuadro. Por suerte cuando estaba por encender el fósforo estaba relativamente cerca de la puerta principal. Al estar cerca de puerta principal, uno de los vecinos llamó a los bomberos. Lograron rescatarme, la casa no, pocos segundos después de que me sacaran de mi casa, que ya estaba hecha cenizas, se cayó. Dios quiso que yo no muriera. Los bomberos me llevaron al hospital. Por suerte solo me quemé seriamente las piernas. El daño en mis piernas me forzó a tener que trasladarme por silla de ruedas a todos lado. En el hospital conocí a un gran doctor, no solo bueno sino también guapo de ojos verdes y de color de cabello rojo.
   Lo fui conociendo más y más mientras yo hacía reposo en el hospital. Al darme de baja en el hospital, lo pude contactar.  Cuando ya estaba sana pero parapléjica, lo contacté para citarlo para comer afuera juntos. Se ve que no le importo que yo tuviera que trasladarme con una silla de rueda.
               




Doce
   Pasaron dos años más hasta que Valentín, el médico, me propuso matrimonio. Yo que con esta condición no pensaba poder salir adelante, conseguir alguien que me quiera era algo muy extraño pensé.
   Ambos nos amamos y éramos tan unidos como el dedo a la uña, compramos una casa para vivir ambos bajo el mismo techo, compartíamos gastos, por mi condición no pude seguir trabajando como doctor, ahora estaba trabajando como oficinista del hospital, pero ya no era el mismo de antes, tuve que cambiarme de hospital. Por lo menos el ver a Valentín todo el tiempo en el trabajo. Ambos teníamos nuestros altos y bajos, pero entre nosotros nos apoyábamos.
   Un día llamé al trabajo para reportarme enferma, Valentín me dio apoyo para curarme. Los días pasaban y pasaban yo parecía estar cada vez peor, fuimos de doctor a doctor, pero nadie sabía lo que me sucedía. Un día le pedí a Valentín que por favor buscase a una curandera que le diera una solución a este gran problema que se volvía cada vez peor.  


lunes, 19 de septiembre de 2016

Tuerto, maldito y enamorado de Rosa Huertas

     Este resumen fue hecho a modo de guía, para referenciar a que nivel de la historia uno se ubica.
 
Uno: El capítulo relata acerca de su familia, la cual está conformada por su padre (el cual fuma), su hermana menor (quien posee una buena memoria y va tercer año de secundaria) y ella una inocente chica de quinto año de secundaria. ¿Pero su madre? Ella se separó de su familia al divorciarse del padre.
Carmen, o sea su hermana, tiene una lección de Garcias de la Vega (escritor fallecido a los 33, enamorado de Julieta Freve). Ella le pide a su hermana que le haga el trabajo porque la literatura no iba con ella.
Dos: Ricardo es el amigo de Elisa Velasco (la protagonista de la historia) desde primer año “D” hasta cuarto año cuando él le propuso ser algo más. Elisa decía que Ricardo podía ser Rico o Cardo dependiendo su personalidad, es Rico cuando se comporta simpático y Cardo cuando es muy áspero. Elisa para  va hasta la biblioteca para ayudar a su hermana con su reporte, al sacar un libro que fue escrito por el autor que le piden a Carmen escucha una voz y ve un ojo grisáceo.
Milagros es la abuela de Elisa, el padre de Elisa trabaja como vendedor de zapatillas y alpargatas de lana.
Ricardo y Elisa eran una pareja explosiva, Ricardo era alto y más negro que blanco y Elisa era enana y blanca como el papel. El padre de Elisa es totalmente xenófobo y racistas, esto se denota porque el padre de Elisa dice que le molesta que haya chinos en el barrio y no quiere que Ricardo salga con Elisa.
Tres: Elisa quien vive en la calle Toledo se cruza por segunda vez con el fantasma, quien tenía un ojo gris y el otro un parche, este le pidió a Elisa que lo ayude a recordar ¿Quién era?
Cuatro: Al llegar la noche a Elisa le ocurre algo aterrador, comienza a escuchar una voz, cual proviene de afuera, aterrada pero intrigada al mismo tiempo deambula por la casa por si alguien más la había escuchado. Su padre le contesta que la voz provenía de Adelina, una bella mujer consumida por el alcohol, que comenzó luego de su ruptura.
Cinco: Elisa va a lo de Ricardo que previo a llegar a ver a Ricardo pasa por la peluquería de la madre de Ricardo, Lupe. Ella le pide a Elisa que contuviera a Ricardo. Cuando llega a la habitación de Ricardo este le cuenta que sus padres se separaron porque su padre un día desapareció sin decir en durante cuánto tiempo se iría y a donde. Eso explicaba su Cardo de ayer.
Seis: Elisa le cuenta a Carmen lo sucedido, pues Carmen solo piensa que era una muy mala excusa para no hacerle el trabajo. Luego van ambas a la casa de la madre la que queda a 30 cuadras de la suya. Su madre, la banquera, le cuenta sobre el chico que le parecía guapo y Elisa sobre su insomnio. Su madre le confiesa que el barrio en el cual vivían todos antes que ella se fuera le era muy anticuado y por eso se fue y Elisa supone que se refería a su padre.
Siete: Carmen al día siguiente le entrega los libros de Lope a Elisa diciéndole que no había nada paranormal, luego le cuenta que los libros estaban en la estantería de la letra “L” y no en la de la “V”. Felipe el bibliotecario le cuenta a Elisa que los libros de Lope de Vega se hallaba en esa estantería porque Jesús, el profesor de lengua de Carmen, le dijo que Lope es su apellido cuando en realidad era Vega, la respuesta le hace sospechar que Jesús tuvo una experiencia cercana al fantasma. Elisa decide ir con el fantasma que le cuenta que ésta maldito y que su maldición consta en no saber quién era. Las últimas palabras que escuchó fueron “Fue Lope y Carpio”.
Ocho: El fantasma de aspecto juvenil le confirma a Elisa su teoría que afirmaba que Jesús fue uno sus ayudantes. El fantasma era alguien muy cercano a Lope, él le preguntó a Elisa si le podía decirle Belisa, como le llama Lope a su ama Elisa para que pasara por el anonimato. También le pide que vaya a la casa de Lope de Vega a investigar.
Nueve: Elisa cree que el fantasma era Alfonso contreras quien escribió “El rey sin reino”, acompañante de Lope. El fantasma cuenta que Lope y Don Miguel se detestaban, los hijos de Lope era Carlo y Félix. Él no sería ese. Julio, el compañero más anhelado en el curso de Elisa, la sorprende y la invita a salir de ese frio sitio.
Diez: Elisa le cuenta a Carmen sobre la visita a la casa de Lope. Esa noche ella no pudo pegar ojo, se sentía culpable por no haberle dicho con lujo de detalle al fantasma sobre la casa de Lope y haberse ido con Julio. Ricardo la fue a buscar a Elisa para contarle algo importante pero ella no estaba.  
Once: Elisa ignoró siete llamadas de Ricardo, al salir de la escuela se fue con el fantasma, le dijo que Marta nevares era una chica ciega e inteligente, ella fue una de los amores de Lope por eso ella no podría ser su amada.
Doce: Al volver a casa todos la miraron con mala cara, ella les contó que pasó por el “paso de cebra” y que casi la atropellaron (el fantasma de una mujer la salvó, pero esto no se lo dijo a nadie). Juan, El Terrible, era el profesor de Ricardo, al profesor lo llamaban así porque por razones absurdas los dejaba sin recreo.
Trece: Elisa le cuenta de la casa de Lope al fantasma y este le cuenta que él era el hijo de la criada (quien cuidaba a Nevares). En casa de Ricardo, él le cuenta que alguien lo persigue.
Catorce: Carmen elige ir con Lidia (su amiga) a la casa de Lope, a Elisa le sorprende que a Carmen le estuviera gustando la literatura, el fantasma la mujer del paso de cebra le dice a Elisa que les avisé a todos.
 Quince: Al llegar cerca de la iglesia, se encuentra con otro fantasma (el de un papa fallecido, cual murió baleado). El padre le cuenta sobre los asesinatos que hubo en ese barrio, en particular el de un obispo llamado Galeote.
Dieciséis: El asesino del obispo Galeote, Elisa comenzó a sacar panfletos para advertirles a los pasen por el paso de cebra. Buscó información sobre el asesinato del asesino.
Diecisiete: Elisa junto a Ricardo fueron en búsqueda del obispo para contarle lo sucedido, al contarle ¿Quién era, quién lo mató y por qué? Este fantasma se desdibujó, luego fue al paso de cebra a pegar los panfletos. Va con el fantasma que le cuenta que Lope era de cabellos grisáceos, su bigote y su perilla recortada, también le cuenta que él también era estudiante del colegio de Elisa y era uno de los muchos ayudantes de Lope. La hija de Lope era de quien el fantasma se había enamorado.
Dieciocho: Ricardo le cuenta a Elisa que quien lo seguía buscaba a su padre, un día lo agarró y lo dañó por la fuerza bruta que le aplicó. En donde vivía Jesús antes hubo un teatro que se incendió, por eso es que Jesús decidió abandonar, no soportaba ver fantasmas de los que murieron incendiados.
Al otro día el rubio que lo perseguía lo volvió a agarrar, pero Elisa le pateó la entrepierna y salieron corriendo y se cruzaron con la fantasma del paso de cebra que les permitió pasar, luego escucharon un golpe seco, era el rubio que fue atropellado, la fantasma saludo a Elisa y se desdibujó.
Diecinueve: El nombre del rival del fantasma era Pérez de Montalbán, hijo del escritor de L Lope; él se consideraba el verdadero escritor, se considera predilecto de Felix. Juan Pérez le pegó en el ojo al fantasma, por eso es que él quedo tuerto. En la biblioteca se vuelve a encontrar con Julio.
Veinte: Cada vez Elisa se encierra más y más en una burbuja, no le importa ir a clases, Julio, Ricardo ni su familia. El mundo fantasmagórico la capto, por suerte ella estaba escribiendo un seguimiento escrito sobre lo que sabía sobre el fantasma, ya que cuando todo acabara ella se olvidaría de todo. Elisa había pescado y todos se preocupan por ella. Elisa encuentra el nombre de la amada del fantasma. Ella también se ha apegado al fantasma y no lo quería perder.
Veintiuno: Elisa se enferma y todos temen a que ella muera por eso comienza a faltar a clases y le pide a su hermana que encuentre el nombre del hijo de la criada para poder volver a ser lo que era antes. Elisa se cruza con Lina la loca y la ve gritando, en ese momento se da cuenta que Lina sacude los brazos porque ella quería espantar a los fantasmas que la atormentan.
Veintidós: El fantasma le cuenta a Elisa que Antoñica le partió el ama, un día ella fue al teatro que tanto tenía anhelado ir, a ella le había acompañado otro hombre quien le susurraba al oído de ella y al fantasma le rompía el corazón, él y ella no se habían vuelto a ver en el pozo. Un día Antoñica le pide al fantasma que saque a su padre de la casa para “actuarle una obra”, al volver ella se había escapado con su amado. Y en ese momento Lope estaba pasando por la pérdida de su hijo menor y mujer se había quedado ciega y murió.
Lope se enfermó a muerte y antes de morir maldijo al fantasma condenándolo por haberlo alejado de su hija. Y por esto el fantasma fue echado de su hogar donde se refugiaba en la biblioteca.
Veintitrés: Carmen consiguió el nombre del fantasma Lorenzo, quien amaba a Antoñica, la cual huye con Cristóban. También le cuenta que ella murió en su casa a la espera de Lorenzo, su espíritu quedo encerrado en el espejo de su habitación en la casa de Lope, esta le pide que traiga a Lorenzo con ella para perdonarse.
Veinticuatro: La única forma para saber cómo hacer para que Elisa pueda reunir a ambos fantasmas es ir con una adivina. Morgana, la curandera, le dar un par de velas negras de 20 pesos a cada una para ser Elisa la mediadora de los fantasmas.
Veinticinco: El ritual fracasa y Elisa se ve forzada a hablar con Lina, el fantasma le pide que robe el espejo.
Veintiséis: Lina le dice a Elisa que debe de llevar a Lorenzo hasta el espejo de la casa de Lope en el cuerpo de una persona que le crea y aquella persona deberá llevar los ojos cerrados hasta llegar al frente del espejo. Lina se atormenta voluntariamente (no quiere dejar de ver a sus padres ya difuntos).
Veintisiete: Ricardo le dijo a Elisa que su padre salió de un antro y vio un asesinato y por ser testigo se debía ocultar porque quien asesinó al asesinado iba a asesinarlo. Por suerte el rubio cuando fue atropellado murió.
Ricardo era el elegido para llevar a Lorenzo con Antoñica, Carmen luego de aprobar el trabajo de Lope no le era importante.

Veintiocho: Elisa guía a Ricardo con Lorenzo en el cuerpo hasta la casa de Lope, al pasar por el pozo donde Lorenzo y Antoñica se cruzaron, Elisa cerca del pozo besó a Ricardo con Lorenzo. Y al reencontrarse Lorenzo y Antoñica ambos se desdibujaron y Elisa nunca más supo de ellos. Por suerte ella pudo terminar de escribir todo lo que se relacionaba con el mundo fantasmagórico.

domingo, 18 de septiembre de 2016